Page 342 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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La trágica noche de Santacruz
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tasio Santacruz convocó a una nueva reunión a cinco personas: Fá-
tima Campos Melgar, Giácomo Benvenuti y otras tres que no fueron
identificadas, asimismo se conoció que daban por cerrado el caso.
Anastasio Santacruz volvió a insistir que él dejaba de continuar fi-
nanciando a Arenal, una comisión tendría a su cargo una auditoría
para recuperar una cuantiosa suma de dinero, estaban bajo sospecha
dirigentes de cinco departamentos, porque no rindieron cuentas de
la campaña electoral de 1995.
Miles de seguidores del diputado Euclides Santacruz Piérola que-
daron frustrados por no participar en los comicios presidenciales,
la suerte estaba echada, el potencial candidato presidencial des-
cansaba en paz en un conocido cementerio de la ciudad. Lo más
lamentable de todo era que Arenal había dado pasos gigantescos
en los tres últimos años y se perfilaba como una opción política
para millones de bolivianos.
Varios años después de su muerte, seguidores nostálgicos del hombre
llegado de “El Paraíso Escondido” continuaron dejando flores en su
tumba, entre ellos Alejandra Centurión. En la capital cruceña no se
habló de otra cosa en mucho tiempo, mientras ya Bolivia había tenido
cinco presidentes.
Tras la muerte trágica del candidato Euclides Santacruz se hacían hi-
pótesis, conjeturas, suposiciones, teorías, posibilidades, se sopechaba
de tal y de cual del magnicidio. Se dialogaba y se discutía en los ca-
fecitos de la monseñor Rivero, en las reuniones de las frater, en los
pasillos públicos, en los hogares, en los círculos sociales, etc. Todos
opinaban y emitían su punto de vista. Todos volvieron a insistir que
Euclides fue demasiado confiado con sus más cercanos colaborado-
res. Otros opinaban que el diputado nacido en “El Paraíso Escon-
dido” se convirtió en un hombre calculador, frío y sobre todo
ambicioso. Lo que nadie pudo conocer es que en Nueva York, un día,