Page 41 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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La trágica noche de Santacruz                             31



            cional cuando comenzó su fulminante carrera hacia la primera ma-
            gistratura del país.

            Esa mañana sumido en sus pensamientos y con su espíritu pesimista
            miró la avenida Cañoto y los tajibos en flor que ya no lo inspiraron
            como en otros tiempos, ya no le fortalecen el alma, no le despiertan
            el ánimo. Mira el cielo y piensa, piensa que el mundo es perverso,
            que debe enfrentar lo más difícil de su carrera política. Pero, como
            ya dijimos, uno de los peores errores de su vida fue ocultar una en-
            fermedad que lo afectó emocionalmente hasta el día de su muerte.
            Se llevó muchos secretos a su tumba.

            Mientras cavilaba caminando por la avenida Viedma recordó: -“Mi
            padre es muy valiente, venció a la furia de los ríos Paraguá, Iténez
            y Mamoré. Luchó contra las fieras, mató una anaconda cuando el
            reptil se metió a su cabina, donde estaba el telescopio. Mi padre.
            ¡Y mi madre!, mi madre fue muy valiente, se crio en Marfil, muy
            cerca a la laguna Marfil en la frontera con Brasil. Ella no tenía
            miedo a la víbora yope, ella perdió la cuenta de la cantidad de
            yopes que mató. Estos reptiles aparecen por todos lados, en la co-
            cina, en el baño, en los dormitorios, en los techos de palma y su
            mordedura puede ser fatal. Mi madre sí que fue guapa, codo a codo
            junto a mi padre luchó por la vida, ¿Y yo? Parezco como un hijito
            de papá y mamá, no, eso no puede ser. Soy un camba valiente y
            me jugaré la vida por mis aspiraciones y por mi región. Además,
            ahora sé que muchos de mis enemigos políticos son unos culipan-
            deros, son unos pobres diablos que buscan una pega y nada más,
            son buenos para insultar, son como los anarquistas que no comen
            ni dejan comer, otros son buenos para denigrar al candidato opo-
            sitor, pero no proponen nada”. Pero luego se deprimía, se sumía
            en sus pensamientos y no dialogaba con nadie. “Pero en el fondo
            de mi alma, eso de mi inestabilidad emocional me preocupa”, se
            dijo ese mismo día.
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