Page 146 - Libro Catecumeno
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Juan 20

                       19 Al atardecer de aquel día, el primero
                     de la semana, estaban los discípulos
                     con las puertas bien cerradas, por miedo
                     a los judíos. Llegó Jesús, se colocó en
                     medio y les dice:
                       —La paz esté con ustedes.
                       20 Después de decir esto, les mostró
                     las manos y el costado. Los discípulos se
                     alegraron al ver al Señor.  Jesús repitió:
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                       —La paz esté con ustedes. Como el Padre me envió, así yo los envío a
                     ustedes.
                       22 Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió:
                       —Reciban el Espíritu Santo.  A quienes les perdonen los pecados les
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                     quedarán perdonados; a quienes se los retengan les quedarán retenidos.


                     • Indiquen cuáles son las primeras palabras y gestos de Jesús Resucitado y
                     cuál la reacción de los discípulos.
                     • ¿Qué les comunica, junto con el Espíritu Santo?
                     • ¿Tan importante es el perdón, que es uno de los primeros dones de Jesús re-
                     sucitado? ¿por qué habrá comunicado su poder de perdonar en ese momento?

                    Jesús conoce bien el corazón humano: sabe que lo más dañino es
                  el pecado, porque arruina desde la raíz nuestra dignidad de hijos e
                  hijas. Cada uno de nosotros lo sabe: la triste posibilidad de pensar y
                  hacer lo malo, de cometer faltas que dañan a nuestros semejantes y
                  a las criaturas del mundo, pero que dañan más a quien las cometió.

                    Pero los evangelios nos dan consoladoras noticias; Jesús anuncia:
                  “Yo no he venido a llamar a los buenos (los que se creen), sino a los
                  pecadores” (Mt 9,13). A quienes criticaban que se acercara a los
                  pecadores les dice: “Hay más alegría en el cielo por un pecador
                  que se convierte, que por noventa y nueve justos que no tengan
                  necesidad de conversión” (Lc 15,7).
                    Para que su perdón nos llegue a todos, en todos los tiempos,
                  la noche de Pascua Jesús comunica a los apóstoles su poder de
                  perdonar: es el pasaje que hemos leído.









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