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Especial: Marco Martos Carrera
nista, pero sentía la importancia del fenómeno Me parece que este poema es una expresión
castrista y abogaba para que Estados Unidos de ese contexto histórico del que nos ha habla-
pusiera atención a eso y evitara que se desviase do. Además, como es el más importante de su
hacia el comunismo. No lo decía así, exactamen- primer libro, creo que cambia la imagen de un
te, pero esa era más o menos su posición. Este Marco Martos de «tono hispánico», básicamente
libro se vendía en el año 60 o el 61; es un libro intimista o que poetiza situaciones personales, y
muy bien escrito. Además, en esos momentos, llama la atención sobre un aspecto no tan remar-
Fidel Castro todavía aparecía como un socialde- cado, que es el de la poesía de referentes colecti-
mócrata. Incluso el APRA recibió a los castristas vos y de crítica o denuncia social.
en 1959, me acuerdo bien de eso, pero poste- MM: Sí, es el más importante del libro, y, claro,
riormente se distanciaron. Entonces había una me doy cuenta de ello. Ese poema me ha servido
simpatía muy fuerte por la Revolución cubana. de inspiración para una actitud de vida, y lo voy
Vastos sectores de la izquierda, comunistas y no a explicar con unas palabras que no son mías,
comunistas, se sintieron atraídos. El caso de He- sino del poeta Efraín Miranda, cuya obra cono-
raud es paradigmático. cí en los años setenta. Al leerlo, yo sentí que él
CL80: Respecto a esto, en una entrevista, Hinos- era el poeta que el Perú necesitaba. Efraín Mi-
troza se expresó mal de Javier Heraud. Dijo algo randa tiene un poema —que leí en un congre-
así como que se fue a la guerrilla para demostrar so y dejó atónitos a todos— en el que dice: «las
que era hombrecito, porque en el colegio lo fas- manos perdidas del Manco de Lepanto llegan
tidiaban demasiado. ¿Es cierto o lo dijo por una hasta mi choza y con alfileres hacen sangrar mi
rencilla personal? boca». Es la idea del Perú que empieza antes
MM: Yo hice una declaración sobre eso, en total de la llegada de los españoles y nos atraviesa y
desacuerdo, porque el Heraud que yo conocí era llega hasta ahora.
alto, atlético, fuerte, que incluso podía pelear- Si yo tuviera que hacer una antología de diez
se en Surquillo. No era de esos grandazos tor- poemas míos, tendría que poner «Casa nues-
pes, no, no; era más cercano a un atleta que a tra»; sería el primero. No lo escribí por casuali-
un hombre común. Yo lo vi en los años 59, 60, dad, porque yo ya tenía esa visión que expresa
61, 62, es decir, lo frecuenté bastante; no estoy el poema.
equivocado. Creo que es muy difícil saber qué NO ES LA HORA DE RIMBAUD
pasa por la cabeza de una persona para hablar CL80: «Casa nuestra», el poema, muestra que
así. Hinostroza siempre fue un tipo antipartido, el contexto social del momento se expresa en
anti siempre, muy celoso de los fueros del indi- su poesía. ¿Qué otro poema puede servir como
viduo; seguro por eso no encajó en la Revolución ejemplo de esto?
cubana, ni en ningún partido; eso es lo que pien- MM: El poema que empieza con «No es la hora
so, me da esa impresión, lo cual no le quita mé- de Rimbaud». En 1965, como tratando de salir
rito a Hinostroza; pero las declaraciones sobre del clima que se vivía en Lima, que no era de
Heraud no las comparto. celebración, sino de conmemoración de muer-
El hecho más importante que viví en esos años tes, un clima fúnebre, más bien, por la muerte
fue la muerte de Heraud, nada me ha impactado de Heraud y el fracaso de las guerrillas, me dije: 13
más. El dolor que nos causó la muerte de Javier «Me voy a Ayacucho», y ahí vi otro ambiente:
en 1963 fue tremendo. Hubo otro hecho que tam- no el de las guerrillas de los derrotados, sino
bién impactó en mi vida: los muertos en Ayacu- de algo que estaba naciendo. En 1969 hubo en
cho, pero eso fue varios años después, en 1969. Huanta un reclamo popular por la gratuidad de
CASA NUESTRA la enseñanza, que había sido limitada por el go-
CL80: Quisiera leerle «Casa Nuestra», el poe- bierno militar, el cual respondió con una matan-
ma. Lo leo, dice: «En veleros, en corceles, con za. Mandó sinchis de la policía, policías inmen-
sus lanzas, con sus cascos, / con sus letras no sos, de cerca de dos metros, quienes mataron a
aprendidas al comienzo, / en galeras, llegaban veinte, treinta personas, y yo lo vi de muy cerca.
en oleadas / y en la casa que era nuestra, / aquí Este fue el segundo hecho que más me ha impac-
tado, después de la muerte de Heraud…
mismo, nos mandaban. / Ellos eran los reyes,
ellos tenían las armas. / Y cuando al fin se fue- CL80: Quienes reclamaron fueron los escolares.
ron, / después de muertos, de tiros y tratados, MM: Fueron escolares, pero acompañados por
/ como herencia nos dejaron, / sangre y cruz, sus padres, por las señoras del mercado y tam-
lengua y nada / y la casa dividida en porciones bién por Sendero, que nacía por esos años. En
y cucharas. / Ahora los vecinos, las visitas invi- ese entonces se llamaba Comité Regional José
tadas, / muertos de hambre, nos reclaman». Carlos Mariátegui, del Partido Comunista Pe-