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Especial: Marco Martos Carrera


                  ruano, cuyo lema era: «Por el sendero luminoso
                  de José Carlos Mariátegui». Fue una escisión del
                  Partido Comunista Bandera Roja.
                  Entonces, piensen ustedes; para uno que escribe
                  poesía, como yo, ese hecho tuvo que expresarse
                  en un poema, no tanto porque yo lo decidiera,
                  sino de una manera necesaria, natural. El poema
                  que expresa esto es el que empieza con «No es la
                  hora de Rimbaud». Este es el poema que repre-
                  senta mejor lo que yo pensaba en ese momento,
                  y lo pienso hasta ahora: que las ilusiones de los
                  poetas no son mis ilusiones.
                  CL80: ¿Este sería otro de los poemas de esa anto-
                  logía de diez poemas suyos?
                  MM:  Así es, este poema iría en esa antología;
                  también «Retablo».
                  POESÍA CON MÉTRICA
                  CL80:  ¿Y cuándo empieza a incursionar en el
                  verso medido? Recuerdo que una vez lo visita-
                  mos, en los noventa, en la Casona, y ahí estaba
                  usted con su libro de Navarro Tomás.
                  MM: Sí, fue en el 99; en ese año empecé a estu-
                  diar a Navarro Tomás y la versificación de ma-
                  nera intensa, aunque ya la había estudiado un
                  poco en el colegio, y ya había escrito un soneto,
                  el que aparece en Casa Nuestra, aunque tal vez
                  no esté bien construido.  Sin embargo, mi verda-
                  dero maestro no es Navarro Tomás, sino Oldrich
                  Belic, un checo. Una vez, en los setenta, cayó en
                  mis manos uno de sus libros, chiquito, de versifi-
                  cación, publicado en Chile. Aunque lo perdí, ese   al que siempre veíamos de buen humor; nunca
                  libro es inolvidable para mí. Belic dice que todo   lo hemos visto molesto ni aburrido ni cansado,
                  el verso se construye sobre el ritmo, y el ritmo es   en ningún momento, en ninguna circunstancia.
                  repetición, distintos tipos de repetición. Repeti-  ¿Cuál es el secreto para estar siempre vital, jo-
                  ción en los finales de versos, que se llama rima;   vial, de buen humor?
                  repetición en las estrofas, que toma diferentes   MM: Yo agradezco esa expresión, por lo ines-
                  nombres. Y esas  repeticiones dan la sensación   perada; pero no es que no me moleste, sino que
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                  una especie de seguridad al lector. Sin embargo,   pienso que, si hay algo que no puedo arreglar,
                  la suspensión de la repetición produce un efecto   pues no lo puedo arreglar.  (Me gustaría que mi
                  poético. Por ejemplo, Romualdo dice: «Creo en   familia escuchara esto) (risas).
                  el padre, en el hijo y en la madre», y logra un   Una característica que sí creo tener es que nun-
                  efecto poético, porque lo que espera es que se   ca estoy aburrido; nunca me aburro, ni solo ni
                  diga «y en el Espíritu Santo», como nos lo han   acompañado. Siempre tengo un libro, o el te-
                  enseñado. Neruda dice: «era un día claro, fresco   léfono, y ahí me pongo a jugar ajedrez. En los
                  y campanas». Y el mejor ejemplo que tengo es el   taxis juego ajedrez en mi teléfono celular. En-
                  de Rose, en «Exacta dimensión». Este poema es   tonces se me hace menos incómodo ir al Cen-
                  excelente porque va diciendo me gustas por tal   tro, por ejemplo.
                  cosa, tal cosa y, al último, me gustas porque te   Además, creo que tengo un San Marcos ideali-
                  amo; es una maravilla.                       zado en mi mente. Conozco el otro San Marcos;
                  MARCO MARTOS PROFESOR                        soy uno de los que más conoce el San Marcos
                  Y SAN MARCOS                                 oscuro, el de las trampas, de esconder documen-
                                                               tos, de jugar sucio, mucho. Pero, al mismo tiem-
                  CL80: Tenemos una curiosidad. En nuestra épo-  po, en el Perú, San Marcos es el foro en donde
                  ca de estudiantes, usted era el único profesor   mejor me he encontrado siempre. Ahora mismo,
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