Page 22 - Llegada de los Hnos a Jinotega, Nicaragua FINAL
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“De Jinotega



                   Señor Director del Heraldo, Managua.

                   Muy señor mío:



                   Con la presente comunicación a su apreciable diario, cumplo con un deber de gratitud
                   hacia los Reverendos Hermanos Cristianos establecidos  en esta ciudad, como también
                   hacia el gobierno del General Emiliano Chamorro, que logró dotarnos de tan ilustres cuan
                   competentes educadores.


                   Quiero referirme a una ceremonia sin precedentes en esta localidad. Cien niños debidamente
                   catequizados por sus dignos maestros, se acercaron por primera vez a la mesa eucarística,
                   sirviéndoles de padrino, en acto tan trascendental de su vida, el propio Director del plantel,
                   benemérito Hermano Buenaventura.
                   Felices nos sentimos los padres y madres de familia al ver a nuestros hijitos con el alma
                   pura, cual sus níveos trajes, recibir en sus pechos inocentes al Gran Arquitecto del Universo.


                   Terminada la función religiosa, los dichosos pequeñuelos, radiantes de alegría, se dirigieron
                   con el orden acostumbrado al colegio para ser obsequiados con un abundante y suculento
                   desayuno.


                   En el salón de actos, artísticamente adornado, por los Reverendos Hermanos, lucían
                   sus blancos manteles diez mesas floridas, a cargo cada una, de un grupo de amables y
                   distinguidas señoritas, que solícitamente atendían a los hambrientos angelitos.


                   Parecía un alegre pic-nic, pues en todo el contorno del amplio salón formaban valla
                   tiernos  pinos de nuestras olorosas montañas, mientras que en las paredes y en el cielo raso
                   ondeaban, alternando, los colores patrios con los invictos pendones de la Francia gloriosa
                   y de la hidalga España, nuestra inolvidable Madre Patria, a quienes debemos educadores
                   tan queridos.


                   Al felicitar al Reverendo Hermano Director por el éxito de tan simpática fiesta, se recusó
                   con su modestia acostumbrada, suplicándonos servirle de intérprete para rendir las gracias
                   a las bondadosas damas, que con caridad cristiana, obsequiaron vestidos y cirios a ellos
                   niños  menesterosos,  contentando  luego  tanta  boquita  hambrienta,  con  abundancia  de
                   almíbar y pasteles.


                   A todas ellas, en especial a Dña. Tránsito Rivera v. de Chávez y a Dña. María de López
                   García iniciadoras de tan cristiano festival, nuestras más calurosas felicitaciones.





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