Page 20 - Llegada de los Hnos a Jinotega, Nicaragua FINAL
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El primero de agosto de 1920,
dando gracias a Dios, se hizo
entrega formal de la casa
Padilla y enseguida iniciamos
el acondicionamiento de
la propiedad. Debido a los
desperfectos, se tuvieron que
realizar varios trabajos. La mitad
de los corredores estaban sin
ladrillos, fue necesario colocar
4,800 unidades en los bordes de
piedra, hacer tabiques de separación, arreglar la cocina, blanquear la casa, arrancar el zacate del
patio, nivelar, rellenar; hacer una barrera alrededor de los corredores y un centenar de pequeñas
mejoras.
No había dinero suficiente para cubrir todos los gastos inmediatamente, por lo cual tuvimos
que buscar una solución rápida, pero sabia. Decidimos poner a disposición el sueldo de los
Hermanos y lo asignado a la compra de los útiles escolares para comenzar con las reparaciones
de primera necesidad. En espera de reembolsar este dinero con los C$ 1000 prometidos por el
Gobierno para nuestra instalación, contando que sería fiel en mantener su palabra.
Del 20 al 30 de agosto, realicé un viaje a Managua para recibir el dinero del Gobierno; logré más
de lo que esperaba. Fue un viaje rápido y ameno; el camino estaba bien seco y sin polvo.
Aún faltaba acondicionar la propiedad y necesitábamos economizar un poco ya que la mano de
obra era muy cara. Por lo cual, los días de asueto y las 3 semanas de vacaciones en septiembre
fueron dedicados a toda clase de trabajos manuales.
Los tres Hermanos fundadores, José María, Ginés Luis y Casiano fueron admirables por su
abnegación y sacrificio; reconozco que desde su llegada a Jinotega, no salió de sus bocas ni una
palabra de queja o desaliento y su apoyo siempre fue notable. Que el Buen Dios y nuestra Buena
Madre recompensen su entrega y generosidad.
Hoy, 10 de octubre, ya estamos casi instalados adecuadamente; los Hermanos se encuentran
bien alojados y con cierta comodidad. Las clases están adecuadamente divididas y con buen
material didáctico; la casa presenta un aspecto limpio y alegre.
Demos gracias a Dios y a la Santísima e Inmaculada Virgen María que visiblemente siempre
nos han protegido.
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