Page 112 - LIBRO DE RELIGIÓN 1° MEDIO
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Desde la perspectiva cristiana
El voluntariado cristiano
Los cristianos y cristianas, sin embargo, tienen una diferencia con los demás volun-
tarios. Su novedad radica en que: desean seguir a Jesús; se sienten animados por
el Espíritu Santo; y desean ayudar a construir el Reino de Dios.
La parábola del buen samaritano se ha convertido en un símbolo del sentido cristiano
de la solidaridad. Nos marca una serie de pistas sobre cómo entender el voluntariado
en esta particular perspectiva. Léela atentamente:
En esto un jurista se levantó y, para ponerlo a prueba, le preguntó: «Maestro,
¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?» Le contestó: «¿Qué está escrito en
la Ley?, ¿qué es lo que lees?». Replicó: «Amarás al Señor tu Dios de todo corazón,
con toda el alma, con todas las fuerzas, con toda la mente, y al prójimo como a
ti mismo». Le respondió: «Has respondido correctamente, hazlo y vivirás».
Él, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: «¿Y quién es mi prójimo?».
Jesús le contestó: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó. Tropezó con unos bandoleros que lo desnudaron,
lo cubrieron de golpes y se fueron dejándolo medio muerto. Coincidió que bajaba por aquel camino un
sacerdote y, al verlo, pasó de largo. Lo mismo un levita, llegó al lugar, lo vio y pasó de largo. Un samaritano
que iba de camino llegó adonde estaba, lo vio y se compadeció. Le echó aceite y vino en las heridas y se las
vendó. Después, montándolo en su cabalgadura, lo condujo a una posada y lo cuidó. Al día siguiente sacó
dos denarios, los dio al posadero y le encargó: Cuida de él, y lo que gastes te lo pagaré a la vuelta.» ¿Quién
de los tres te parece que se portó como prójimo del que tropezó con los bandoleros?.
Contestó: «El que lo trató con misericordia». Y Jesús le dijo: «Ve y haz tú lo mismo».
Lc. 10,25-37
Cristo es el pobre
La parábola del samaritano surge como respuesta a la pregunta sobre
Bien podemos imaginar al Padre Hurtado
hoy diciéndonos que para “misionar a los “quién es mi prójimo”, duda que surge ante las palabras de Jesús que mo-
pobres” es preciso primero ser “discípulos tivan a sus oyentes a querer alcanzar la Vida eterna que Él promete.
de los pobres”. Si Cristo está en el misio- Ser voluntario, en la perspectiva cristiana, es obedecer y seguir a Jesús,
nero y está en el misionado —experiencia quien dice: “Ve y haz tú lo mismo”.
extraordinaria que tantos hemos tenido
cuando misionamos—, la relación entre
ambos debe estar realmente abierta a Rasgos del voluntariado
cualquier posibilidad, porque no puede La parábola enfatiza algunos aspectos del voluntariado cristiano.
sino ser gratuita y libre. Es que Cristo es el
Pobre. Solo en él es posible un encuentro • El acercamiento al otro supone trabar un conocimiento y ponerse en
auténticamente humano. En él, el pobre, su lugar, es decir, se convierte en una experiencia interpersonal.
Dios y el hombre se encuentran: el hom- • El servicio voluntario nace de la compasión ante el sufrimiento del
bre en su precariedad milenaria y Dios en prójimo.
su eterna generosidad. Por esto, si en el • La compasión supone una sensibilidad ante el dolor ajeno. Pero, ade-
pobre podemos encontrar a Cristo que más, busca afrontar la necesidad y ofrecer una respuesta eficaz.
nos enseña con su miseria, su deseo de • El voluntariado denuncia las situaciones de opresión e indignidad
justicia, su amor por la vida y su fe en
Dios, el paternalismo y la caridad vulgar humanas y busca respuestas estables y concretas para contribuir a la
que convierte al pobre en “objeto” de justicia social.
ayuda sin reconocerle su condición de • La acción voluntaria debe integrarse en programas amplios de in-
“sujeto” que nos puede afectar y conver- tervención social donde se colabore con profesionales y con organi-
tir, saltan por los aires. zaciones y administraciones públicas que tienen responsabilidad y
P. Jorge Costadoat, sj. competencias sobre las situaciones concretas.
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