Page 10 - Palabras en libertad
P. 10

Batallas reales


                   Nunca me contaron que a cada momento una pelea se desata, que entre la cabeza y

            el corazón hay una disputa continúa, que en la panza cuando lx ves se aprieta algo y te
            sentís rarx, que en las manos cuando necesitas golpear algo hay demasiada fuerza y no

            saber usarla podría generar un knock-out y en tus ojos cuando un tsunami salado se

            avecina no hay nada que lo pueda frenar. Las batallas ocurren incluso mientras dormís,

            ahí en el subconsciente se rumorea que el campo de batalla es el peor, es donde todos

            están desarmados, y sin escudo, sin protección hasta el bollito de palabras más insulsas
            duele.


                   “Te quiero, pero no puedo más”. Me hago la indiferente, cuando el dolor me

            quiere consolar le digo que se aleje porque voy a estar mejor. ¿Qué pasa con mi guerrera

            interior? ¿Será que sus faroles son su arma más potente y mi peor debilidad? Podríamos

            haber sido del mismo equipo, unido fuerzas y cuando yo estuviese en la más

            desventajosa debilidad vos rescataras a la tropa. Pero decidiste por los dos y ahora tengo
            que retirar a los soldados que me piden por favor que no los haga lastimarse más entre

            ellos.


                   En el exterior hay un campo común donde todas las tropas se rozan, enfrentan,

            practican, entrenan y se descargan. Ahí todos aprendemos nuevas técnicas y con

            estrategia hasta podes descifrar cuál es la debilidad de cada soldado o, incluso, de la
            tropa entera. Hay una parte que está minada donde no sabes qué paso va a ser en falso.

            Estás en lo desconocido, en la incertidumbre y el vértigo constante de no dominar. Todos

            pisamos, sin querer, alguna vez. Algunas minas son más viejas y, por ende, más

            sensibles, cualquier roce las lleva a accionarse, otras más nuevas tienen tiempo de acción

            y capacidad distinta. La explosión es fuerte y es tanto lo que te cae encima solo por un
            paso que quedas confundido, aturdido, mirando a todos lados, pidiendo ayuda, pero ahí

            todos están en batalla unos contra otros, ¿quién se va a fijar en vos? Llega un punto

            donde la confusión es tal que ya no sabes qué es tuyo y qué no, terminas poniéndote

            cosas que no te van, te salen ampollas por zapatos chicos o te tropezás por unos muy

            grandes. Pero y vos, ¿cuántas veces vaciaste el placard en inocentes percheros?
   5   6   7   8   9   10   11   12   13   14   15