Page 41 - libro Antología cuentos 2020 La Balandra.indd
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un acertijo.

                     Hace buen tiempo. Hoy dejaré que las telas, anudadas, se sequen

               bajo la sombra del sauce. Liu Tsuni corre a ayudarme. Mientras me acom-

               paña a vaciar la batea en el río, no cesa de hablar. Se pregunta cómo será

               el hermano del shogun, Dashima, y piensa que cualquiera de las hijas del

               señor Tatsuo deberá ser dichosa de ser elegida. Le contesto que eso no

               puede saberlo. Me mira con una pregunta en los ojos. Le digo que no es

               un tema para que converse una niña de su edad. Que vaya a buscar sus

               pinceles.

                     Por todo el campo, esta mañana, multitud de amapolas han flore-

               cido. Desde un recodo del camino, veo el extremo verde del tejado de la

               pagoda elevarse hacia el cielo, como una rama de pino.

                     Dejo mis sandalias, húmedas de rocío, en el umbral del templo,

               antes de entrar. Vierto el agua del último recipiente de la clepsidra, que se

               ha llenado, otra vez en el primero. Liu Tsuni me ayuda. Le advierto que

               tenga cuidado de no derramar ni una gota. Cuando el primer recipiente se

               haya vaciado, habrá terminado la clase.

                     Afuera, los hijos de los campesinos y sirvientes de la región, que

               acuden a aprender el hiragana, se persiguen en círculos, riendo. Hago

               sonar la campana. La vibración, que persiste en el aire, se aleja, llevando

               mi espíritu.






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