Page 5 - 2do Secundaria_Anexos
P. 5
El rey Salomón Canto a la viña
En Gabaón el Señor se apareció aquella noche en sueños a Salo- Voy a cantar en nombre de mi amigo
món, y le dijo: un canto de amor a su viña:
—Pídeme lo que quieras. Mi amigo tenía una viña en fértil collado.
Salomón respondió: La entrecavó, la descantó y plantó buenas cepas;
—Tú le hiciste una gran promesa a tu siervo, mi padre, David, por- construyó en medio una atalaya y cavó un lagar.
que procedió de acuerdo contigo, con lealtad, justicia y rectitud de Y esperó que diera uvas, pero dio agrazones.
corazón, y le has cumplido esa gran promesa dándole un hijo que Pues ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá,
se siente en su trono: es lo que sucede hoy. Pues bien, Señor, Dios por favor, sean jueces entre mí y mi viña.
mío, tú has hecho a tu siervo sucesor de mi padre, David; pero yo ¿Qué más cabía hacer por mi viña
soy un muchacho que no sé valerme. Tu siervo está en medio del que yo no lo haya hecho?
pueblo que elegiste, un pueblo tan numeroso que no se puede ¿Por qué, esperando que diera uvas, dio agrazones?
contar ni calcular. Enséñame a escuchar para que sepa gobernar Pues ahora les diré a ustedes
a tu pueblo y discernir entre el bien y el mal; si no, ¿quién podrá lo que voy a hacer con mi viña:
gobernar a este pueblo tuyo tan grande? quitar su valla para que sirva de pasto,
Al Señor le pareció bien que Salomón pidiera aquello, y le dijo: derruir su cerca para que la pisoteen.
—Por haber pedido esto, y no haber pedido una vida larga, ni haber La dejaré arrasada: no la podarán ni la escardarán,
crecerán zarzas y cardos;
pedido riquezas, ni haber pedido la vida de tus enemigos, sino in-
teligencia para acertar en el gobierno, te daré lo que has pedido: prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.
una mente sabia y prudente, como no la hubo antes de ti ni la La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel,
son los hombres de Judá su plantel preferido.
habrá después de ti. Y te daré también lo que no has pedido: ri-
quezas y fama mayores que las de rey alguno. Y si caminas por Esperó de ellos derecho, y ahí tienen: asesinatos;
mis sendas, guardando mis preceptos y mandatos, como hizo tu esperó justicia, y ahí tienen: lamentos.
padre, David, te daré larga vida. Is 5, 1-7
1 Re 3, 5-14
z Unidad 2, pág. 33, act. 13
Por entonces acudieron al rey dos prostitutas; se presentaron ante
él y una de ellas dijo: José se da a conocer a sus hermanos
—Majestad, esta mujer y yo vivíamos en la misma casa; yo di a luz
estando ella en la casa. Y tres días después también esta mujer José no pudo contenerse en presencia de su corte y ordenó:
dio a luz. Estábamos juntas en casa, no había nadie de fuera con —Salgan todos de mi presencia.
nosotras, solo nosotras dos. Una noche murió el hijo de esta mujer, Y no quedó nadie con él cuando José se dio a conocer a sus her-
porque ella se recostó sobre él; se levantó de noche y, mientras tu manos. Rompió a llorar tan fuerte, que los egipcios lo oyeron y la
servidora dormía, tomó a mi hijo de junto a mí y lo acostó junto a noticia llegó a casa del Faraón. José dijo a sus hermanos:
ella, y a su hijo muerto lo puso junto a mí. Yo me incorporé por la —Yo soy José. ¿Vive todavía mi padre?
mañana para dar el pecho a mi niño, y resulta que estaba muerto; Sus hermanos, por la turbación, no supieron qué responder. José
me fijé bien y vi que no era el niño que yo había dado a luz. dijo a sus hermanos:
Pero la otra mujer replicó: —Acérquense.
—No. Mi hijo es el que está vivo, el tuyo es el muerto. Se acercaron, y les dijo:
Y así discutían ante el rey. —Yo soy José, su hermano, el que vendieron a los egipcios. Pero
Entonces habló el rey: ahora no se aflijan ni les pese haberme vendido aquí; porque para
—Esta dice: «Mi hijo es este, el que está vivo; el tuyo es el muerto». salvar vidas me envió Dios por delante. Llevamos dos años de ham-
Y esta otra dice: «No, tu hijo es el muerto; el mío es el que está bre en el país y nos quedan cinco sin siembra ni siega. Dios me
vivo». envió por delante para que puedan sobrevivir en este país, para
Y ordenó: conservar la vida a muchos supervivientes. Pues bien, no fueron
—Dadme una espada. ustedes quienes me enviaron acá, sino Dios; me hizo ministro del
Le presentaron la espada, y dijo: Faraón, señor de toda su corte y gobernador de Egipto. Aprisa,
—Partid en dos al niño vivo; dadle una mitad a una y otra mitad a suban a casa de mi padre y díganle: «Esto dice tu hijo José: Dios
la otra. me ha hecho señor de todo Egipto; baja acá conmigo sin tardar.
Entonces a la madre del niño vivo se le conmovieron las entrañas Habitarás en la región de Gosén y estarás cerca de mí: tú y tus
por su hijo y suplicó: hijos y tus nietos, tus ovejas y vacas y todas tus posesiones. Que-
—¡Majestad, dadle a ella el niño vivo, no lo matéis! dan cinco años de hambre: yo te mantendré allí, para que no les
Mientras que la otra decía: falte nada a ti ni a tu familia ni a tus posesiones». Con tus ojos estás
viendo, y también mi hermano Benjamín lo ve, que te hablo en per-
—Ni para ti ni para mí. Que lo dividan.
Entonces el rey sentenció: sona. Cuéntenle a mi padre mi prestigio en Egipto y todo lo que
—Dadle a esa el niño vivo, no lo matéis. ¡Esa es su madre! han visto y trainganlo acá cuanto antes.
Y echándose al cuello de Benjamín, su hermano, rompió a llorar y
Todo Israel se enteró de la sentencia que había pronunciado el rey,
y respetaron al rey, viendo que poseía una sabiduría sobrehumana lo mismo hizo Benjamín.
para administrar justicia. Después besó llorando a todos los hermanos. Solo entonces le ha-
blaron sus hermanos.
1 Re 3, 16-28
Gn 45, 1-15
z Unidad 2, pág. 31, act. 11 z Unidad 2, pág. 37, act. 21
NPT