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2. La Civilización del Amor
                                                              y el compromiso social de los cristianos



                                                            La expresión «constructor de la Civilización del Amor» fue acuñada
                                                            por el Papa San Juan Pablo II y se refiere al compromiso de los cris-
                                                            tianos en la construcción del Reino de Dios que Jesús anunció e
                                                            hizo presente.

                                                            2.1. El amor, distintivo y meta del cristiano


                                                            Es bien conocido que el amor es el resumen del proyecto de Jesús:
                                                            «Éste es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he
                                                            amado» (Jn 15, 12).
                                                            A lo largo de su vida, Jesús explicitó este mandamiento en diversas
                                                            ocasiones:
               — Ante la pregunta por el mandamiento más importante de la Ley, su respuesta es clara:

                     [...] El más importante es: Escucha Israel, el Señor nuestro Dios es uno solo. Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón,
                     con toda el alma, con toda la mente, con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay
                mandamiento mayor que éstos.
                                                                                                            Mc 12, 29-31

               — El amor es el criterio con el que Dios valora la vida de los hombres y mujeres, un amor concreto y real:

                    [...] Vengan, benditos de mi Padre, a heredar el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve
                    hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, era emigrante y me acogieron, estaba desnudo y me vistieron,
                estaba enfermo y me visitaron, estaba encarcelado y acudieron. […] Les aseguro que lo que hayan hecho a estos mis hermanos
                menores me lo hicieron a mí.

                                                                                                           Mt 25, 34-36.40

               — En el Sermón de la Montaña, fragmento evangélico en el que Mateo condensa el proyecto de Jesús, el nuevo estilo
                  de vida que Él ha venido a revelarnos, el papel central lo ocupa el amor, que se concreta en:
                   • La confianza en Dios en todas las situaciones.
                   • El respeto a los demás con el pensamiento, las palabras y los hechos.
                   • La sinceridad y autenticidad hacia ellos.
                   • El amor sin medida y a todos, incluso a los enemigos, a los que hay que perdonar superando el odio.

                    [...] No se angustien pensando: qué comeremos, qué beberemos, qué nos vestiremos. Todo eso lo buscan los paganos. Y
                    su Padre del cielo sabe que tienen necesidad de todo ello. Busquen ante todo el reino de Dios y su justicia, y lo demás se
                les darán por añadidura.
                                                                                                              Mt 6, 31-33
                Pues yo les digo que no opongan resistencia al malvado. Antes bien, si uno te da una bofetada en la mejilla derecha, ofrécele la
                izquierda. Al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica déjale también el manto. Si uno te fuerza a caminar mil pasos, haz
                con él dos mil. Da a quien te pide y no rechaces a quien te pide prestado.
                                                                                                              Mt 5, 39-42
                Pues yo les digo: Amen a sus enemigos, recen por los que les persiguen. Así serán hijos de su Padre del cielo, que hace salir su
                sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos.
                                                                                                              Mt 5, 44-45




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