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5to Secundaria Religion 2020_AQP.qxp_-  29/02/20  10:42  Página 52









                                                            • Aportaciones mutuas
                                                            El diálogo entre la religión y la ciencia, realizado desde la independencia
                                                            y la autonomía que les son propias, aporta a cada una de ellas lo más ca-
                                                            racterístico de la otra.

                                                              La ciencia puede aportar a la religión  La religión puede aportar a la ciencia
                                                             Los conocimientos de la ciencia pueden La visión del mundo y de la persona hu-
                                                             ayudar a la religión a explicar la fe de mana desde la perspectiva cristiana pue-
                                                             una manera más humana. De hecho, de ayudar a los científicos a alejarse del
                                                             muchos teólogos, a la hora de explicar  peligro que representa el tecnicismo to-
                                                             la fe cristiana, se inspiran en elementos  talitario y deshumanizador y a buscar el
                                                             científicos con el fin de hacerla más  desarrollo integral de la persona y su bie-
                                                             comprensible.                   nestar.


                                                            • Interrogantes y retos
                                                            El progreso constante de la ciencia y la tecnología modernas posibilita que
                           La Iglesia ha colaborado, desde siem-
                           pre, con el mundo de la ciencia. La de-  muchos objetivos que hoy parecen imposibles sean una realidad en un futuro
                           dicación de miembros de órdenes re-  próximo. Pero, según el uso que se haga de él, este mismo progreso se
                           ligiosas a la investigación, la docencia
                           y la publicación de obras y revistas de  puede volver en contra de las personas y representar un peligro para la hu-
                           divulgación científica es un ejemplo  manidad.
                           de ello.
                                                            Recordemos, por ejemplo, las primeras bombas atómicas que destruyeron
                                                            la vida de muchas personas en Hiroshima y Nagasaki. Se dice que uno de
                                                            sus inventores, al enterarse de la destrucción que su obra había causado,
                                                            se arrepintió de haberla construido.
                                                            El papa Juan Pablo II, ante el temor a que se repitan hechos similares, plantea
                                                            este interrogante:

                                El hombre vive cada vez más en el miedo. Teme que sus productos —naturalmente, no todos ni la mayoría de ellos,
                                sino unos cuantos, y precisamente los que contienen una parte especial de su genialidad e iniciativa— puedan ser
                                dirigidos de una manera radical contra él mismo; teme que puedan convertirse en medios e instrumentos de una au-
                             todestrucción inimaginable y que, en comparación con ella, todos los cataclismos y las catástrofes de la historia que co-
                             nocemos, parezcan insignificantes. Aparece, pues, un interrogante: ¿por qué razón este poder dado al hombre desde
                             el comienzo —poder mediante el cual debía dominar la tierra— se dirige contra él mismo y provoca un comprensible
                             estado de desasosiego?
                                                                                            San Juan Pablo II, Redemptor Hominis.

                           La respuesta la encontraremos no en la ciencia o en la técnica como tales, sino en el uso que las personas pueden
                           hacer de ellas. Veamos unos ejemplos:
                           — Si el objetivo último de las personas que dirigen sectores importantes de la ciencia y de la técnica no es el
                              respeto a la vida, el desarrollo de las personas y el bienestar de la humanidad, puede suceder que la propia
                              persona sea manipulada, es decir, que se convierta ella también en un instrumento mediante el cual los
                              poderosos consigan más poder, más ganancias y más dominio sobre las personas.
                           — Las investigaciones científicas son cada día más complicadas y costosas, y requieren grandes inversiones
                              económicas. Este hecho puede condicionar que los poderes económicos dirijan la investigación y la utilicen
                              en su provecho.
                           Esta realidad plantea unos retos a la humanidad:
                           — ¿Hay que poner barreras o límites al uso indiscriminado de los conocimientos científicos y de las aplicaciones
                              técnicas para que no se vuelvan contra las personas?
                           — ¿Cuáles son estos límites? ¿Dónde debemos situarlos?






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