Page 135 - Frankenstein
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bre la acusación, que me condenen, aunque
   fundo mi esperanza en el hecho de ser inocente.
     Se llamó a varios testigos que la conocían
   desde hacía muchos años, y todos hablaron
   bien de ella; pero el temor y la repulsión por el
   crimen del cual la creían culpable les amilanó, e
   impidió que la apoyaran con ardor. Elizabeth
   percibió que este postrer recurso, la bondad y
   conducta irreprochables de la acusada, también
   iba a fallar. Muy alterada solicitó la venia del
   tribunal para dirigirse a él.
     ––Soy ––dijo–– la prima del pobre chiquillo
   asesinado, mejor dicho: soy su hermana, pues
   fui educada por sus padres y vivo con ellos
   desde mucho antes de que William naciera.
   Quizá por ello pueda no resultar decoroso que
   declare en esta ocasión. Pero ante la posibilidad
   de que la cobardía de sus supuestos amigos
   hunda  a  un  ser  humano,  me  veo  obligada  a
   hablar en su favor. Conozco bien a la acusada.
   Hemos vivido bajo el mismo techo primero
   durante  cinco  años  y  después  durante  dos.  En
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