Page 337 - Frankenstein
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––En efecto, pocas cosas habrá más desafor-
tunadas y penosas que las extrañas coinciden-
cias que han ocurrido recientemente. De forma
accidental vino a parar a esta costa, famosa por
su hospitalidad; fue detenido inmediatamente y
culpado de asesinato. La primera cosa que le
obligamos a ver fue el cadáver de su amigo,
asesinado de forma inexplicable, y puesto en su
camino por algún criminal.
Esta observación del señor Kirwin, a pesar de
la agitación que me produjo el recuerdo de mis
sufrimientos, me sorprendió considerablemente
por la información que parecía entrañar respec-
to a mí. Mi rostro debió reflejar esta sorpresa,
porque el señor Kirwin se apresuró a añadir:
––Hasta un par de días después de que cayera
enfermo, no se me ocurrió examinar sus ropas
con el fin de descubrir algún dato que me per-
mitiera enviar a sus familiares noticias de su
enfermedad. Encontré varias cartas, y entre
ellas una que, a juzgar por el encabezamiento,
era de su padre. Escribí de inmediato a Ginebra,