Page 336 - Frankenstein
P. 336
encontraba pensando en esto, cuando se abrió
la puerta y entró el señor Kirwin. Su rostro de-
notaba amabilidad y compasión. Acercó una
silla y me dijo en francés:
––Me temo que este lugar le resulte muy des-
agradable; puedo hacer algo para que se en-
cuentre más cómodo?
––Se lo agradezco ––respondí––; pero la co-
modidad no me preocupa: no hay en toda la
Tierra nada que me pueda hacer la vida más
grata.
––Sé que la comprensión de un extraño poco
puede ayudar a alguien hundido por tan insóli-
ta desgracia. Pero confío en que pronto podrá
abandonar este lóbrego lugar, pues indudable-
mente se podrán aportar pruebas que le eximan
de culpa.
––Eso es algo qué no me preocupa: debido a
una extraña cadena de acontecimientos, me he
convertido en el más infeliz de los mortales.
Perseguido y atormentado como estoy, ¿existe
alguna razón para que tema a la muerte?