Page 232 - Frankenstein
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esperar a que unos meses me proporcionaran
mayor sabiduría.
Mientras tanto, varios cambios tuvieron lugar
en la casa. La presencia de Safie llenaba de feli-
cidad a sus habitantes; y también comprobé que
gozaban de una mayor abundancia. Félix y
Agatha pasaban más tiempo conversando, y
tenían criadas que les ayudaban en sus queha-
ceres. No parecían ricos, pero se les veía satisfe-
chos y felices. Estaban tranquilos y serenos,
mientras que yo cada día me encontraba más
inquieto. Cuanto más aprendía más cuenta me
daba de mi lamentable inadaptación. Cierto es
que abrigaba una esperanza, pero ésta desapa-
recía cuando veía mi figura reflejada en el agua
o mi sombra a la luz de la luna, desaparecía con
la misma rapidez que se desvanecen esa tem-
blorosa imagen y esa juguetona sombra.
Me esforzaba por alejar de mí estos temores, e
intentaba fortalecerme para la prueba a la que
me había emplazado para unos meses después.
A veces permitía que mis pensamientos descon-