Page 280 - Frankenstein
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como yo seremos más maduros, y espero que
más felices de lo que ahora somos.
Suspiré; pero mi padre, delicadamente, se
abstuvo de hacerme más preguntas respecto de
las causas de mi pesadumbre. Esperaba que el
cambio de ambiente y la distracción del viaje
me devolvieran la tranquilidad.
Empecé, pues, a preparar mi marcha; pero me
obsesionaba un pensamiento que me llenaba de
angustia y temor. Durante mi ausencia, mi fa-
milia seguiría ignorando la existencia de su
enemigo, y quedaría a merced de sus ataques
caso de que él, irritado por mi viaje, se lanzara
contra ellos. Pero había prometido seguirme
donde quiera que fuera; así que ¿no vendría
tras de mí a Inglaterra? Este pensamiento era
terrorífico en sí mismo, pero reconfortante, en
cuanto que suponía que los míos estarían a sal-
vo. Me torturaba la idea de que sucediera lo
contrario de esto. Pero durante todo el tiempo
que fui esclavo de mi criatura siempre me dejé
guiar por los impulsos del momento; y en ese