Page 341 - Frankenstein
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como la aparición del ángel bueno, y gradual-
   mente fui recobrándome.
     Pero, a medida que mejoraba, me iba inva-
   diendo una sombría melancolía que nada lo-
   graba despejar. La espantosa imagen de Henry
   asesinado me rondaba constantemente. Más de
   una vez la agitación que este recuerdo me pro-
   ducía les hacía temer a mis amigos que sufriera
   una nueva recaída. ¿Por qué se esforzaban en
   salvar una vida tan miserable y odiosa? Sin
   duda para permitirme cumplir el destino del
   cual ya estoy cerca. Pronto, sí, muy pronto, la
   muerte acallará estos latidos y me librará del
   terrible fardo de angustias que me doblega has-
   ta el suelo; y, cuando haya hecho justicia, tam-
   bién yo podré descansar ya. Pero entonces la
   muerte se hallaba aún muy lejos de mí, a pesar
   de que el deseo de morir ocupaba todos mis
   pensamientos. A menudo permanecía sentado,
   inmóvil y silencioso, esperando alguna inmensa
   catástrofe que me aniquilaría a mí a la vez que a
   mi destructor.
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