Page 352 - Frankenstein
P. 352

de quince días. ¡Mi pobre primo, cuánto debes haber
   sufrido! Me figuro que vendrás aún más enfermo
   que cuando te fuiste de Ginebra. El invierno ha sido
   triste, pues me turbaba la angustia de la incertidum-
   bre; no obstante espero verte con el semblante tran-
   quilo  y  el  ánimo  no  del  todo  desprovisto  de  paz  y
   serenidad.
     Temo, sin embargo, que aún existen en ti los mis-
   mos sentimientos que tanto te atormentaban hace un
   año, quizá incluso avivados por el tiempo. No quisie-
   ra importunarte en estos momentos, cuando pesan
   sobre ti tantas desgracias; pero una conversación
   mantenida con mi tío antes de su marcha hacen ne-
   cesarias algunas explicaciones antes de que nos vea-
   mos.
     «¿Explicaciones?», te preguntarás. «¿Qué tendrá
   que explicar Elizabeth?» Si esto es lo que realmente
   dices, habrás ya respondido a mis preguntas y no me
   resta más que terminar la carta y firmar tu querida
   prima. Pero estás muy lejos, y es posible que temas
   pero que a la vez agradezcas esta explicación; y exis-
   tiendo la posibilidad de que éste sea el caso, no me
   atrevo a permanecer más tiempo sin expresarte lo
   347   348   349   350   351   352   353   354   355   356   357