Page 64 - Vuelta al mundo en 80 dias
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Y retiró del saco que llevaba Picaporte un paquete de billetes de banco que dejó sobre la
mesa del escribano.
Esta suma os será devuelta al salir de la cárcel dijo el juez . Entretanto, estáis libre.
Venid dijo Phileas Fogg a su criado.
¡Pero al menos que me devuelban mis zapatos! exclamó Picaporte con un movimiento
de rabia.
Le devolvieron sus zapatos.
¡Bien caros cuestan! dijo entre dientes . ¡Más de mil libras cada uno! ¡Sin contar que
me hacen daño!
Picaporte siguió con actitud compungida a mister Fogg, que había ofrecido su brazo a la
joven. Fix espe-raba todavía que el ladrón no se decidiera a perder la suma de dos mil libras
y que cumpliría sus ocho días de cárcel. Echó, pues, a andar tras de mister Fogg. Tomó éste
un coche, en el cual Aouida, Picaporte y él subieron en seguida. Fix corrió detrás del coche,
que se detuvo en uno de los muelles.
A media milla en rada, el "Rangoon" estaba apa-rejando con su pabellón de marcha izado
sobre el más-til. Daban las once. Mister Fogg llegaba, pues, con una hora de adelanto. Fix
lo vio apearse y entrar en un bote con Aouida y su criado. El agente dio con el pie en el
suelo.
¡Bribón! exclamó . ¡Se marcha! ¡Dos mil libras sacrificadas! ¡Pródigo como un
ladrón! ¡Ah! ¡Lo seguiré hasta el fin del mundo si es menester; pero al paso que va, todo el
dinero robado se habrá ido!
El inspector de policía tenía sus fundamentos para hacer esta reflexión. En efecto; desde
que se había marchado de Londres, entre gastos de viaje, primas, compras de elefantes,
cauciones y multas, Phileas Fogg había sembrado Ya más de cinco mil libras por el camino,
y el tanto por ciento que se con-cede a los policías sobre lo recobrado iba siempre bajando.
XVI
El "Rangoon", uno de los buques que la Compañía Peninsular y Oriental emplea para el
servicio del mar de China y del Japón, era un vapor de hierro, de héli-ce, con el aforo en
bruto de mil setecientas toneladas, y la fuerza nominal de cuatrocientos caballos. Iguala-ba
al "Mongolia" en velocidad, pero no en comodida-des. Por eso mistress Aouida no estuvo
tan bien insta-lada como lo hubiera deseado Phileas Fogg. Por lo demás, tratándose sólo de