Page 68 - Vuelta al mundo en 80 dias
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Pero Picaporte lo puso pronto al corriente de la historia. Refirió el incidente de la pagoda de
Bombay, la adquisición del elefante al precio de dos mil libras, el suceso del "sutty", el
rapto de Aouida, la sentencia del tribunal de Calcuta, la libertad bajo caución. Fix, que
conocía la última parte de estos incientes, fingía ignorarlos todos, y Picaporte se dejaba
llevar por el encanto de contar sus aventuras a un oyente que tanto interés demostraba en
escucharlas.
Pero en suma preguntó Fix , ¿es que vues-tro amo intenta llevarse a esa joven a
Europa?
No, señor Fix, no. Vamos a entregarla a uno de sus parientes; rico comerciante de
Hong Kong.
¡Nada por hacer! dijo entre sí el detective disimulando su despecho . ¿Queréis una
copa de gin, señor Picaporte?
Con mucho gusto, señor Fix. ¡Nuestro encuen-tro a bordo del "Rangoon" bien merece
que bebamos!
XVII
Desde aquel día, Picaporte y el agente se encon-traron con frecuencia; pero Fix estuvo muy
reservado con su compañero y no trató de hacerle hablar. Sólo vio una o dos veces a mister
Fogg que permanecía en el salón del "Rangoon", ora haciendo compañía a Aouida, ora
jugando al whist, según su invariable cos-tumbre.
En cuanto a Picaporte, se puso a pensar fon nal-mente sobre la extraña casualidad que
traía otra vez a Fix al mismo camino que su amo. Y en efecto, con menos había para
asombrarse. Ese caballero, muy amable y a la verdad muy complaciente, que aparece
primero en Suez, que se embarca en el "Mongolia", que desembarca en Bombay, donde
dice que debe quedarse; que se encuentra luego en el "Rangoon" en dirección de
Hong Kong; en una palabra, siguiendo paso a paso el itinerario de mister Fogg, todo esto
merecía un poco de meditación. Había aquí extrañas coincidencias. ¿Tras de quién iba Fix?
Picaporte esta-ba dispuesto a apostar sus babuchas las había pre-ciosamente conservado
que Fix saldría de Hong--Kong al mismo tiempo que ellos, y probablemente sobre el
mismo vapor.
Aun cuando hubiera estado Picaporte discurriendo durante un siglo, nunca hubiera acertado
con la misión de que estaba encargado el agente. Jamás se hubiera imaginado que Phileas
Fogg fuera seguido a la manera de un ladrón, alrededor del globo terrestre. Pero como la
condición humana quiere explicarlo todo, he aquí cómo Picaporte, por una repentina
inspiración, interpretó la presencia permanente de Fix, y ciertamente que no deja-ba de ser
plausible su ocurrencia. En efecto, según él, Fix no era ni podía ser, más que un agente