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También dio por sentado que el color de un pigmento era equi-
                    valente al color de la luz que refleja ( esto es,  que un pigmento
                    amarillo refleja luz amarilla, una equivocación que aún perdura).
                    En la época de Maxwell,  la teoría de Newton seguía siendo la
                    mejor disponible.





                    UNA PEONZA COLOREADA

                    Mientras tanto, los artistas y las empresas textiles estaban a años
                    luz de distancia de los científicos en la comprensión de la mezcla
                    de colores. Desde el siglo xvrr, sabían perfectamente cómo generar
                    el color que querían a partir del rojo, el azul y el amarillo, la tríada
                    de colores «primarios». Pero, ¿por qué tres? El físico  y médico
                    inglés Thomas Young  (1773-1829) razonó en su Course of Lec-
                    tures on Natural Philosophy (1807) que podía haber una causa
                    fisiológica en todo ello.  Quizá en el ojo teníamos «tres tipos de
                    sensaciones en la retina», diferentes receptores, y la mezcla de sus
                    señales en el cerebro daba lugar al color percibido.

         «El color que percibimos es una función de tres variables
         independientes, por lo menos son tres las que yo creo
         suficientes, pero el tiempo dirá si prosperan.»

         -  MAxWELL,  EN  UNA  CARTA A  WILLIAM  THOMSON.

                        James había empezado a interesarse por el problema de los
                    colores desde sus días en el laboratorio de Forbes en Edimburgo.
                    Su mentor pensaba que podía generarse cualquier color usando
                    la clásica rueda de colores (véase la figura)  convenientemente
                    modificada. Como al ponerse a girar con rapidez, nuestro ojo es
                    incapaz de resolver cada uno de los colores pintados en la rueda,
                    lo que acabamos viendo es una mezcla de todos ellos. Esta es una
                    característica del ojo, pero no del oído: al poder separar los soni-
                    dos en sus componentes más simples, somos capaces de escuchar
                    una melodía y no una mezcla única de todas las notas.





        76          EL COLOR DEL CRISTAL CON QUE SE  MIRA
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