Page 131 - 21 Faraday
P. 131
LA NATURALEZA DE LA LUZ
Desde los tiempos de Newton había dos interpretaciones acerca de la natura-
leza de la luz. La primera, que era un chorro de partículas: esta interpretación
corpuscular fue esencialmente defendida por Newton. La segunda, que la luz
era una onda, defendida principalmente por el astrónomo neerlandés Chris-
tiaan Huygens (1629-1695). Fueron finalmente los experimentos de Young y
Fresnel, entre otros, los que determinaron a principios del siglo x1x la naturaleza
ondulatoria de la luz. El siguiente salto conceptual consistía en dilucidar si la
luz era una onda electromagnética. El propio Faraday había demostrado
la interacción entre la luz y los fenómenos eléctricos y magnéticos, poniendo
de manifiesto que un campo magnético estático podía alterar la velocidad de
la propagación de la luz en determinados materiales, el conocido como efecto
Faraday. Este efecto llevó a Faraday a ir más lejos, afirmando categóricamen-
te que la luz era una onda electromagnética. Dicha afirmación, acompañada
de su rechazo a la idea, a su juicio obsoleta, del éter -teoría según la cual se
necesitaba un medio fluido, el éter, para transportar las ondas luminosas-,
fue hecha pública por Faraday en 1846, en otra de sus célebres «Conferencias
Vespertinas de los Viernes».
La teoría de Maxwell
Maxwell recogió el testigo de Faraday y acabó articulando una teoría ma-
temática completa al respecto, convirtiéndose en el pilar a partir del cual se
desarrollaría la óptica moderna. Dicha teoría se recoge en una serie de cuatro
informes titulada «On Physical Lines of Force» («Sobre las líneas físicas de fuer-
za»), donde se lee: «Difícilmente podemos resistirnos a admitir la conclusión de
que la luz consiste en unas ondulaciones transversales del mismo medio que
es causa de los fenómenos eléctricos y magnéticos». Maxwell también predijo
que podían existir ondas electromagnéticas con longitudes de onda mucho
mayores que la de la luz visible, las que hoy denominamos ondas de radio.
DIAMAGNETISMO
Ya recuperado definitivamente de su debilitamiento, Faraday
regresó a sus investigaciones con tal ímpetu que, la víspera de
entregar su ensayo sobre el efecto Faraday a la Royal Society, el
4 de noviembre de 1845, descubrió otra cosa gracias a su vidrio
de borosilicato de plomo. Tal y como él mismo refiere:
LA INTERACCIÓN ENTRE MATERIA, ELECTRICIDAD Y LUZ 131