Page 14 - 05 Feynman
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nas y páginas de infom1es anónin1os, se puso a entrevistar a inge-
nieros y científicos de la NASA, e hizo los experimentos que con-
sideró oportunos hasta que estuvo seguro de cuál había sido el
fallo. Su momento de gloria llegó en una de las sesiones públicas
de la comisión; en ella, realizó un pequeño experimento. Sos-
pechaba que la causa del accidente se encontraba en un pe-
queño defecto que tenían las juntas de goma que se usaban para
sellar los tanques de combustible ( conocidas técnicamente como
0-ring por su forma característica): sometidas a bajas temperatu-
ras, no recuperaban con facilidad su forma inicial y durante unos
pocos segundos, justo durante el encendido de los motores, no
ajustaban perfectamente debido a la dilatación del tanque y se
producía una pequeña pérdida de combustible que demostró ser
fatal: en las fotografías tomadas durante el accidente se pudieron
ver llamas salir por el lugar donde estaban esas juntas. Así que
Feynman, delante de todos los periodistas y las cámaras de tele-
visión, comprimió con unas tenazas una de las pequeñas juntas de
goma, para simular la situación real en el transbordador, y la
metió unos segundos en un vaso con hielo para demostrar que,
sometidas a las bajas temperaturas que se habían alcanzado la
noche previa del lanzamiento, no se recuperaban como se espe-
raba. Al tem1inar la demostración, Feynman no salió muy seguro
de que la sesión hubiera convencido a nadie, pero había subesti-
mado la perspicacia de los periodistas. Esa noche todos los tele-
diarios dieron la noticia: la causa del accidente estaba perfecta-
mente clara y Feynman se convirtió en un héroe para todos los
norteamericanos.
Tras la muerte de Feynman se escribieron muchos epitafios,
pero quien mejor expresó su legado fue Julian Schwinger, su rival
científico más preeminente en el tiempo de la posguerra y con el
que compartió el premio Nobel: «Un hombre honesto, el más des-
tacado intuitivo de nuestra era y el principal ejemplo de lo que
puede encontrar en la playa cualquiera que desee seguir el ritmo
de un tambor diferente».
14 INTRODUCCIÓN