Page 10 - 05 Feynman
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Feynman es un icono de la cultura iconoclasta, poco aferrada al
                      pasado y la tradición, que tan querida es en Norteamérica; es el
                      epítome de la ideología del self-made man estadounidense, para
                      quien solo el cielo es el límite. Así, no es de extrañar que haya una
                      obra de teatro sobre él:  QED.  Narra un par de días en la vida de
                      Feynman en 1986,  dos años antes de su muerte, y fue  escrita a
                      instancias del actor Alan Alda, famoso en la década de 1970 por
                      su interpretación de Hawkeye Pierce en la serie de televisión
                      M.A.S.H. y cuyo interés por la ciencia lo demuestran sus doce
                      años de presentador del exitoso programa de divulgación cientí-
                      fica Scientijic American Frontiers.
                          Quien mejor ha expresado el sentir de la comunidad científica
                      hacia los logros intelectuales de este físico nacido en un barriada
                      de Queens, Nueva York, fue Mark Kac,  un eminente matemático
                      polaco-norteamericano que ganó notoriedad en 1966 haciendo
                      una pregunta muy del estilo de Feynman y sobre un instrumento
                      que el físico adoraba: «¿Se puede oír la forma de un tambor?». El
                      artículo con ese título, publicado en el American Mathematical
                      Monthly, intentaba responder a si era posible inferir la geometría
                      de un tambor a partir del espectro de sonido que produce. Y la
                      respuesta es, en general, no. Kac escribió en su autobiografía:

                          En ciencia, como en otros campos del trabajo humano, hay dos tipos
                          de genios: el «corriente» y el «mago». Un genio corriente es alguien
                          como usted y yo, solo que muy superior. No hay ningún misterio en
                          cómo trabaja su mente. Una vez que hemos entendido lo que ha
                          hecho, sentimos que nosotros también podemos hacerlo. Con los
                          magos es diferente. [ .. ] La forma de trabajar de sus mentes es, en
                                            .
                          todos los sentidos, incomprensible. Rara vez, si sucede, tienen estu-
                          diantes, porque no se les puede emular y debe ser terriblemente
                          frustrante para una mente joven y brillante lidiar con los misteriosos
                          caminos por los que discurre la mente de un mago. Richard Feynman
                          [ era] un mago del máximo calibre.


                          F~ynman no fue un físico convencional, ni quiso serlo. Mien-
                      tras todos sus colegas viajaban a Europa cuando salían por primera
                      vez al extranjero, él se marchó a Brasil. Vivió intensamente el amor





           10         INTRODUCCIÓN
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