Page 112 - 19 Marie Curie
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Tras finalizar este extenuante trabajo y habida cuenta de que
Marie era el único científico francés vivo galardonado con el pre-
mio Nobel que no era miembro de la Academia de Ciencias, sus
colegas le pidieron que presentara su candidatura. Sin embargo,
no fue la única candidata al puesto vacante, ya que compitió con
Édouard Branly (1844-1940), científico con méritos suficientes
para aspirar al puesto.
Ambos científicos tenían puntos a favor y en contra. De este
modo, entre los deméritos de Marie estaba que no era «completa-
mente» francesa y que algunos académicos sospechaban que no
había hecho contribuciones relevantes por sí misma, sino que en
realidad había sido la sombra de su marido. Entre los deméritos
de Branly, por su parte, estaba su «traición» a las instituciones
públicas francesas, pues había dejado la Sorbona para ocupar
una cátedra en el Institut Catholique de París, universidad de ca-
rácter privado. Branly representaba así la opción religiosa, y fue
apoyado por la parte más conservadora de la Academia. A Marie
la apoyaba el sector más progresista y dinámico, que pretendía
renovar la vetusta institución, aunque el hecho de que una mujer
sin marido se lanzara a reivindicar sus propios méritos molestaba
tanto a conservadores como a progresistas.
La noto1iedad que el Nobel y la muerte de Pierre habían dado
a Marie hizo que la contienda trascendiera los círculos académi-
cos y ocupara las p1imeras páginas de los periódicos. Y la misma
prensa sensacionalista que poco antes se había extasiado con los
logros científicos de la joven pareja que trabajaba en condiciones
miserables y que había llorado con Marie la muerte de Pierre, fue
bastante agresiva con la viuda que pretendía sacar los pies del
plato. La elección tuvo lugar en enero de 1911 y Marie perdió por
dos votos. Fue un mal comienzo para un año que habría de termi-
nar de forma catastrófica.
Uno de los efectos más negativos del rechazo sufrido por
Marie fue que a partir de entonces la investigadora limitó mucho
su relación con otros miembros de la Academia. También dejó
de publicar en su revista Comptes Rendus de l'Académie des
Sciences, el foro en el que los científicos franceses presentaban
sus trabajos, los cuales eran publicados de forma bastante ágil.
112 LA VIDA SIN PIERRE