Page 111 - 19 Marie Curie
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La vida seguía y Marie no podía quedarse al margen. Tenía que
ocuparse de las clases en la Sorbona y del laboratorio, donde no
solo tenía que realizar experimentos, sino también dirigir al resto
de sus miembros y buscar financiación para asegurar el futuro
del mismo. Y, por supuesto, no podía olvidarse de las niñas. Marie
hizo lo que pudo, que fue mucho más de lo que cabría esperar de
una persona de extraordinaria decisión y energía. Pero tuvo que
enfrentarse a situaciones extraordinariamente difíciles, por en-
cima de las fuerzas de la mayor parte de la gente. Ella consiguió
superarlas, pero se llevaron el tiempo, la energía y la salud que
habría necesitado para responder a los retos que surgieron en la
nueva ciencia que ella había alumbrado.
Poco después de la muerte de Pierre, en agosto de 1906, lord
Kelvin, que a sus ochenta y dos años había tomado el barco para
cruzar el canal y asistir al entierro de su amigo, hizo unas declara-
ciones en el periódico The Times poniendo en duda la existencia
del radio. Ello ocasionó un terremoto en todos los laboratorios
donde se estudiaba la radiactividad, pero sobre todo en el de
Marie, que dedicó todas sus energías a obtener una muestra de
radio ayudada por André Debieme. En 1910 obtuvieron un sólido
blanco brillante mediante electrolisis de una mayor cantidad de
RaC1 , siguiendo un procedimiento similar al utilizado por Marc-
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kwald y posteriormente por Marie para obtener el polonio.
LA VIDA SIN PIERRE 111