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LAS DEMOSTRACIONES
               Además  de  la  influen-
               cia  de  Arquímedes,  la
                                                         A
               de  Euclides  es  también
               perceptible en la  obra de
               Galileo.  Se  observa,  por
               ejemplo, en su  pretensión
               de establecer conclusio-
                                        o
               nes o  postulados a partir
               de  otros  postulados  o                               /
               principios. Recurría  tam-   '  '  \                 /
                                              ........
               bién  con  frecuencia,  al    '  '  '
                                                .....  ~~
               igual  que Euclides, a  ar-          ..-.  -  ... J •• ~  -  -  -
                                                       .... •·e
               gumentos geométricos y
               visuales. Algunas de estas
               demostraciones  aluden
               también a experimentos;   Aunque un  clavo ~e coloque en  las cosiciones E o F,
               por ejemplo, el siguiente   interfiriendo el  movimiento del pé,tdulo, este alcanzará
               postulado: «Acer,to que   siempre la misma altura.
               las  velocidades  de  un
               mismo móvil adquiridas sobre diversos planos inclinados son iguales, cuando
               las alturas de esos mismos planos son iguales».  En  la  demostración, Galileo
               propuso servirse de un péndulo, que se haría oscilar levantándolo un cierto
               ángulo. Al soltarlo describiría un arco que pasaría por el  punto de equilibrio
               hasta alcanzar la  rni•3ma altura. Si  se colocara un clavo a distintas distancias
               del punto A  en el que el  péndulo está sujeto (en los puntos E y  F)  y  se repi-
               tiera la  experiencia  de soltarlo desde esos  puntos, entonces igualmente en
               todos los casos se alcanzaría la  misma altura.





                        Al comparar la segunda columna con la última, se observa la
                     equivalencia entre espacio y cuadrado del tiempo. De la expresión
                    anterior se deduce que la distancia recorrida (s) es siempre pro-
                    porcional al cuadrado del tiempo empleado. Es decir,
                                                   2
                                                S  ex t •
                        En la actualidad (véase el anexo «Masa y gravedad»),  esta
                    relación entre el espacio y el cuadrado del tiempo lo expresamos
                    con la siguiente fórmula:






         112        EL NACIMIENTO DE  LA  FÍSICA  MODERNA
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