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viejo profesor disfrutaba mucho más de la enseñanza en general
y de sus clases en particular que en sus años de juventud, en los
que demostraba poca paciencia con los alumnos poco dotados.
Gauss fue, sin duda, un buen docente y un profesor competente.
Una de las razones de este cambio, además de una mayor pacien-
cia con los alumnos poco brillantes, es que encontró estudiantes
mejor preparados y más motivados. La reforma educativa promo-
vida por el ministro Humboldt tuvo sus efectos positivos en la
formación de las nuevas generaciones de estudiantes. Entre los
últimos alumnos de Gauss podemos encontrar a luminarias tales
como Georg Cantor y Richard Dedekind.
Dedekind tenía muy buen concepto de Gauss como docente,
y dejó al respecto un testimonio muy valioso:
Por lo general se sentaba en una actitud cómoda, mirando hacia aba-
jo, ligeramente encorvado, con las manos cruzadas sobre su regazo.
Hablaba con bastante libertad, muy claramente, simple y llanamente,
pero cuando quería hacer hincapié en un nuevo punto de vista [ ... ]
entonces levantaba la cabeza, se volvía hacia alguno de los que estaban
sentados junto a él, y lo miraba con sus hermosos ojos azules pene-
trantes durante el discurso enfático. [ ... ] Si se trataba de una explica-
ción de los principios para el desarrollo de fórmulas matemáticas,
entonces se levantaba, y en una postura muy erguida, majestuosa,
escribía en una piza.na junto a él con su puño y letra peculiarmente
hermosa: él siempre tenía éxito a través de la econonúa y la disposi-
ción deliberada en un espacio más bien pequeño. Para los ejemplos
numéricos, a los que a su cuidadosa terminación daba especial valor,
llevaba consigo los datos necesarios sobre pequeños trozos de papel.
Gauss estaba todavía activo en esa época en sus observato-
rios magnéticos y astronómicos, entre otras ocupaciones, y reco-
pilaba datos que compartía con otros científicos. También se de-
dicaba a problemas teóricos matemáticos, pero más elementales
que los que le habían ocupado hasta entonces. S~ ocupaba de al-
gunos problemas combinatorios que le planteaba su amigo Schu-
macher y algunos de física aplicada y teórica. También dedicaba
tiempo a aprender nuevas lenguas.
154 EL LEGADO DEL «PRÍNCIPE DE LOS MATEMÁTICOS»