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En 1849, con motivo del cincuentenario de su doctorado, im-
partió su famosa conferencia en la que presentó su cuarta demos-
tración del teorema fundamental del álgebra, una variación de la
presentada en su tesis, incorporando ya de manera abierta los
coeficientes complejos, que no había querido presentar en sus pri-
meras demostraciones. Dirichlet, que lo sustituiría en la universi-
dad, fue un testigo excepcional. El reconocimiento de Gauss era
general en Alemania y en toda Europa.
Uno de los trabajos más curiosos de Gauss de estos años es-
tuvo dedicado al fondo de pensiones para las viudas de los profe-
sores universitarios de la Universidad de Gotinga. Gauss estaba
preocupado por comprobar si se podría mantener el nivel de co-
bertura a largo plazo. Para este trabajo usó tablas de mortalidad y
otras informaciones obtenidas de compañías de seguros. Hizo nu-
merosos cálculos, usando todos los datos reales de que pudo dis-
poner. La conclusión la presentó en 1851, después de seis años de
trabajo, y era bastante sorprendente: el sistema era sostenible e
incluso se podría aumentar las cantidades pagadas. Una de las
razones por las que Gauss se tomó tanto interés en este trabajo es
que le permitió aplicar sus conocimientos de economía práctica.
A diferencia de Newton en sus últimos años, Gauss jamás se sintió
atraído por los cargos públicos, aunque su agudo interés y sagaci-
dad en todas las cuestiones correspondientes a la ciencia de la
estadística, seguros y aritmética política habrían hecho de él un
excelente gestor público. En su libro Gauss zum Gedachtniss
(Memoria de Gauss), Sartorius von Waltershausen (1809-1876),
su amigo personal, expuso que podría haber sido perfectamente
el encargado de las finanzas del Estado. De hecho, a su muerte
disponía de una fortuna más que mediana, que era fruto de inver-
siones exitosas en acciones de compañías y bonos de estados, no
solo alemanes. Y ello a pesar de que tuvo una inversión ruinosa, al
invertir en la línea de ferrocarril del norte de Hesse, que fue nacio-
nalizado por el Gobierno, perdiendo el 90% de su inversión.
En sus últimos años vivió como un perfecto burgués de clase
media, lejos de conflictos, pues políticamente Gauss era un hombre
conservador. Profesaba unas creencias religiosas bastante persona-
les. No era a;teo, pero podría ser considerado como deísta, acep-
156 EL LEGADO DEL «PRÍNCIPE DE LOS MATEMÁTICOS»