Page 160 - 11 Gauss
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Las generaciones posteriores han sabido reconocer su gran-
deza, y los honores recibidos desde su muerte son incontables. En
la actualidad existe un premio matemático que lleva su nombre,
instituido en 2002 de forma coajunta por la Unión Matemática In-
ternacional (IMU) y la Deutsche Mathematiker-Vereinigung (Socie-
dad Matemática Alemana, DMV). El galardón se otorga cada cuatro
años a quienes hayan hecho «contribuciones matemáticas relevan-
tes con aplicaciones significativas fuera de las matemáticas». La
dotación es de 10000 euros y, contrariamente a la medalla Fields,
no hay límite de edad. Los dos primeros galardonados fueron Ki-
yoshi Ito (1915-2008) en 2006, por sus trabajos en probabilidad y
procesos estocásticos, e Yves Meyer (n. 1939) en 2010 por sus es-
tudios sobre ondas oscilatorias. La medalla que acredita el premio
tiene en su anverso una representación de la órbita de Ceres, y un
cuadrado adicional simboliza el método de mínimos cuadrados
usado por Gauss para la determinación de dicha órbita.
Su patria, Alemania, ha rendido homenaje al genio de Gauss
en diversos sellos postales, y antes de la llegada del euro, muchos
alemanes estaban familiarizados con el rostro de Gauss, aunque
tal vez no supieran a quién correspondía. Eso es así porque du-
rante varios años la semblanza amable del Gauss maduro, tocado
con su típico gorro de terciopelo, adornaba el billete de diez mar-
cos, acompañado de una representación de la campana que lleva
su nombre.
Como se decía en la introducción, todos los matemáticos, sin
importar la especialidad, podemos contar a Gauss entre los nues-
tros. Suyos son resultados fundamentales en prácticamente todas
las áreas de la disciplina: álgebra, análisis matemático, geometría,
estadística, teoría de números, aritmética, astronomía y matemá-
tica aplicada. Sus aportaciones en cualquiera de ellas le hubieran
garantizado pasar a la posteridad como un gran matemático; el
hecho de haberlas protag~mizado todas constituye una hazaña
casi sin parangón.
Las ideas de Gauss cambiaron las matemáticas de su tiempo
y su influencia persiste en la actualidad con mayor fuerza si cabe.
Sin los números imaginarios no se podrían resolver las ecuacio-
nes que permiten que los cohetes despeguen de la Tierra. Sin la
160 EL LEGADO DEL «PRÍNCIPE DE LOS MATEMÁTICOS»