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tiempo, especialmente en un estado pequeño como Brunswick, lo
que permitió a Gauss superar las barreras sociales a las que se
encontraba sujeto por su humilde nacimiento. De hecho, Gauss no
habría progresado nunca como lo hizo sin la ayuda de personas
interesadas en promover su enorme talento. Una de las ayudas
más importantes la recibió de E.A.W. Zimmerman (1743-1815),
profesor del Collegium Carolinum y consejero provincial del
duque, al que instó a ayudar al joven y talentoso Gauss. La bené-
fica influencia del duque se extendió hasta 1806, año en el que fa-
lleció a consecuencia de las heridas sufridas en la batalla de Jena,
donde las tropas francesas derrotaron a Prusia y sus aliados, entre
los que se encontraba el estado de Brunswick. Un año después de
la muerte del duque y de que Gauss perdiera su ayuda económica,
logró ser nombrado director del observatorio de Gotinga, con lo
que pudo seguir manteniéndose ec.onómicamente. Así pues, con
el impulso de Zimmerman, Gauss pasó a ser estudiante del Colle-
gium Carolinum, donde fue alumno desde 1792 hasta el año 1795.
La amistad entre Gauss y Zimmerman se mantuvo hasta la muerte
de este último enjulio de 1815.
Academias como el Collegium Carolinum no eran raras en
Alemania, país que en aquel momento estaba formado por esta-
dos gobernados de forma independiente. Eran un paso interme-
dio entre los llamados Gymnasium, en los que los niños recibían
una educación elemental, y la universidad. Futuros oficiales del
ejército, arquitectos, ingenieros, mecánicos y comerciantes en-
contraban en las academias la oportunidad de conseguir una
mejor educación general que les permitiera desarrollar sus traba-
jos en el futuro. Por otro lado, empezaban también a tener una
cierta especialización dentro de las áreas de su interés. En estas
academias se enseñaba lenguas antiguas y modernas, moral y
dogmas cristianos, filosofía, historia y literatura, estadística, le-
yes, matemáticas, física e historia natural. También se incluían
clases de dibujo y se potenciaban las cualidades artísticas de los
estudiantes. Había también un nuevo espíritu de enseñanza: se
trataba de formar personas y no solo de impartir conocimientos.
En general, los alumnos tenían mucha libertad para estudiar con
más profundidad aquellos temas por los que se sentían más atraí-
30 PRIMEROS DESTELLOS DE UN PRODIGIO DE LOS NÜMEROS