Page 68 - 15 Arquimedes
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En el tratado se cuestiona cuántos granos de arena cabrían en
                    Siracusa: ¿serían infinitos? La respuesta del texto es no. Luego
                    cuántos cabrían en Sicilia, en la Tierra, cuántos harían falta para
                    colmar todas las montañas terrestres ...  Y así hasta plantearse el
                    número de granos de arena que cabrían en el mundo entero. Ar-
                    químedes quiso mostrarle a Gelón que ese número no es infinito.


         «Es evidente por tanto que la cantidad de granos de arena
         que ocupa una magnitud igual a la esfera de los astros
        fijos que Aristarco supone como hipótesis es inferior
         a 1000 miríadas de números octavos.»
        -  ARQUÍMEDES  EN  REl'ERENCIA  A  LA  CANTIDAD  DE  GRANOS  DE  ARENA  NECESARIOS  PARA  CUBRIR
           EL  MUNDO,  TAL  Y COMO  ÉL  LO  CONCEBÍA.

                        En su época no existía un nombre para los números que de-
                    signaran cantidades tan grandes como las que aparecen en el en-
                    sayo; por tanto,  Arquímedes se atrevió a  revisar el sistema de
                    numeración, proponiendo modificaciones para poder trabajar con
                    ese tipo de cifras. La principal limitación de la numeración griega
                    era que se usaba el mismo alfabeto que para las palabras, lo cual
                    convertía un cálculo con números grandes en un galimatías. Con-
                    ceptualmente hablando, en el tratado Arquímedes establece un
                    acercamiento a nuestro actual sistema de notación científica, que
                    nos permite escribir cantidades tan grandes como deseemos. El
                    Arenario no debe tomarse como un simple divertimento matemá-
                    tico en el que Arquímedes se jacta de poder escribir el número que
                    quiera, sino que en él se hace un repaso de la astrononúa griega e,
                    incluso, hace la única referencia a su padre, el astrónomo Fidias,
                    como veremos a continuación.
                        Arquímedes  comienza El Arenario demarcando qué  se en-
                    tiende por «mundo», y para ello dice que la mayoría de los astróno-
                    mos defienden que el mundo es la esfera que tiene por centro la
                    Tierra y por radio la recta que une los centros de la Tierra y el Sol.
                    Pero no deja de lado la hipótesis heliocéntrica de Aristarco  de
                    Samas (310-230 a.C.); de hecho, un dato importante a señalar es que
                    se trata de la única mención que se tiene del astrónomo en toda la





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