Page 200 - De la luz a las tinieblas
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Seter lo acompañó en todo momento, repartiendo su tiempo
entre la atención a su amo y el cuidado de las ovejas.
No hacía mucho que había fallecido, pero su cuerpo ya
presentaba el frío rigor de la muerte cuando sus vecinos lo
localizaron. Mantenía, todavía, una expresión dulce y
relajada. Incluso, viendo llegar su propio fin, se había
sentido, en todo momento, arropado por el calor de su
inseparable Seter y el musical balido de sus ovejas.
No muy lejos de allí, muchos años antes, dos longevos
agricultores, habían fallecido en un bosque cercano a su
poblado.
Aunque de personalidades radicalmente opuestas,
formaban ambos una inseparable y bien avenida pareja.
Orgán, se caracterizaba por su bondad y su valentía. Sin
embargo, su compañero, a pesar de sus principios, mucho
menos sólidos, había sabido ganarse su amistad. Aunque
egoísta y escasa integridad, Dalman había sido para Orgán un
buen compañero. Alguien a quien quería por encima de todos
sus defectos.
Ya mayores, solían salir juntos a dar largos paseos por la
montaña. La aprensiva actitud de Dalman habría de marcar
el destino de ambos en una de esas excursiones. En su afán
por huir de un lobo que le salió al paso, se precipitó por un
pequeño acantilado. Las lesiones sufridas en la caída le
impedían moverse. Pero su virtuoso compañero, no dudó un
instante en socorrerlo. A pesar de toda la voluntad puesta en
aquel empeño, su envejecido cuerpo no respondió
adecuadamente a su generosidad, y se precipitó también por
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