Page 73 - De la luz a las tinieblas
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Capítulo 8
El viejo Alterio, estaba deseando volver a hacer uso
nuevamente de su camastro. Había dormido bastante mal
sobre el duro suelo. Así que, ante la ausencia de Andrés,
aprovechó para descansar un poco sobre la blanda paja del
jergón. Con los ojos abiertos, y clavados en la techumbre de
ramas y paja, como si pudiese ver en lo alto la esencia de sus
pensamientos, permaneció tumbado durante un buen rato.
Hasta que su agudizado sentido del oído lo alertó sobre la
aproximación de alguien a la cabaña.
Se incorporó sobresaltado, por el chirrido de la puerta al
abrirse.
—¿Quién anda ahí? ¿Eres tú, Andrés?
—Sí, soy yo. Ya estoy de vuelta.
—¿Cómo te ha ido en tu paseo?
—En realidad no he ido precisamente a pasear, más bien
he salido despejar algunas dudas. He estado con Dalman y
Orgán.
El viejo frunció el ceño.
—De qué habéis hablado? —preguntó interesado.
—De muchas cosas. Quizás usted tenga algo más que
contarme.
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