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Muros. Historia viva
Desde su construcción hasta hoy el molino ha pasado por varios propietarios,
siendo ahora propiedad municipal.
Después de haber sido abandonado y haber estado en ruinas durante muchos
años, ahora funciona como un museo etnográfico e histórico. También se utiliza
con fines culturales. Siendo un reclamo turístico muy bien valorado.
El edificio pasó por varias etapas durante las cuales estuvo en funcionamien-
to en algunas de ellas y completamente abandonado en otras. En 1880 y 1890
sufrió una de las peores temporadas de abandono, el muro de la presa estuvo
derrumbado durante un tiempo. Fue levantado, pero cayó nuevamente, perma-
neciendo caído desde 1928 a 1929. La fecha exacta de cuando dejó de trabajar
como molino no se conoce, pero se cree que pudo haber sido alrededor de 1915,
cuando se instaló un molino eléctrico en el Ayuntamiento. Otros creen que pudo
haber sido en el año 1930.
En la parte del almacén estuvo funcionando un balneario especializado en la
cura de enfermedades a base de baños templados de algas y agua de mar. Estos
baños fueron construidos por iniciativa de don Alejandro Dubert, y fueron cono-
cidos como «Los baños de Santa Rita».
Riada del año 1994
La parte occidental del edificio, así como el puente de acceso al mismo, tuvie-
ron que ser reconstruidos después de que una gran tromba de agua que descargó
en las primeras horas del 6 de noviembre de 1994, hiciera desbordar los ríos de
Valdexería, Serres, Furón y Rateira (este último en la Abelleira). Debido a la
gran cantidad de maleza acumulada en los arcos del puente que cruza el flujo
del río Valdexería, a unos cientos de metros sobre la desembocadura, se hizo un
tapón que ejerció de dique; aumentando el nivel del agua hasta llegar, en algunas
partes, a los pisos superiores de las casas construidas en sus orillas.
El peso de esta cantidad de agua no pudo ser contenido por el viaducto,
que cedió; siendo arrastrado al mar junto con animales, enceres, automóviles y
también embarcaciones que estaban ancladas en la desembocadura del río. Esa
enorme masa líquida, mezclada con todo tipo de objetos y maleza recogidas en
su descenso, golpeó sin piedad al puente y al edificio del molino, dejando al pri-
mero totalmente destruido y la esquina oeste del edificio arrasada.
Un gran número de casas quedaron dañadas. Tanto en Valdexería como en la
parte baja de Serres; especialmente en el lugar de Portugalete, donde las aguas
alcanzaron niveles muy altos. En la Abelleira los efectos fueron menores, al
igual que a orillas del Furón. Pero, los daños causados en esa media hora de
lluvia tuvieron un alto coste económico. Aunque afortunadamente no hubo la-
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