Page 172 - selim
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—No   lo sé todavía -dijo Zuffu-.  Quizá estudie
              para  ser profesor,  igual que mi padre.


              —Yo   voy  a  ser  médico   -afirmó  Selim,   muy
              serio.


              Caminaban    juntos   a  lo  largo  de  las  aceras,
              como buenos amigos.


              —¿Adonde     vamos? -preguntó      de  pronto  Zuf-
              fu,  que  se  había  dado  cuenta  de  que  Selim
              no andaba al azar, sino con alguna    ¡dea.


              —A la mezquita Suleiman -dijo Selim.



              Zuffu  no  conocía  bien  la  magnífica  mezquita
              Suleiman.   Estaba  situada  lejos  de  su  barrio y
              de  las  grandes avenidas  de  la  ciudad.  Tal  vez
              por eso Zuffu   nunca  le  había  prestado  mucha
              atención a aquel sitio.



              Selim  lo llevó  hacia el patio. Al  llegar a  la gran
              puerta  de entrada,  oculta  por  una  pesada  cor-
              tina de cuero, le dijo:


              —Deja   la  cabeza colgando   hacia  atrás todo  lo
              que puedas y mira    hacia arriba,  hacia  la  punta
              de los minaretes.


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