Page 171 - selim
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Se sentó detrás de su escritorio, colocó las
manos encima de la caja de Aixa y permane-
ció en silencio, como si soñara.
Dejó vagar su imaginación hacia el porvenir.
En los años venideros, quizá Beek se olvida-
ría de traer cabritillos al mundo, o quizá los
tuviese y se le murieran. Podía ocurrir que los
huevos no se vendieran, y también que las
abejas no encontraran bastantes flores para
fabricar su miel dulce y perfumada. Incluso el
granizo podía acabar con los albaricoques de
la zona. Pero, ¿qué más daba todo eso?
«Yo estaré siempre dispuesto a completar la
cantidad que se necesite para el tratamiento
de la pequeña Semra», pensó el doctor.
Al salir del gabinete del doctor Kharaman,
Zuffu y Selim se sintieron aliviados y alegres.
Por fin, todo estaba arreglado. ¡Menos mal!,
porque las clases empezaban justamente al
día siguiente.
—¿Qué vas a ser tú cuando seas mayor?
-preguntó Selim al cabo de un rato.
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