Page 166 - selim
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El vendedor

                                       de    alegría








                  OS   dos  muchachos     corrieron  a  casa  del
          Ldoctor         Kharaman.    Pero  el  médico  estaba
              ocupado,   y  una  vieja  criada  les  llevó a  la  sala
              de espera.


              En  Estambul,   la  consulta  de  un  doctor  no  se
              distingue  de  cualquier  casa  de  comercio;  tie-
              ne  los  mismos   grandes  anuncios   para  atraer
              la atención  de  la gente que  pasa  por la calle y
              los  cristales  como vitrinas,  detrás  de  los  cua-
              les,  en  lugar de  mercancías,  se ven  los clien-
              tes del médico. Así, desde la acera,    se puede
              adivinar  si  es  o  no  un  buen  médico  según  la
              cantidad   de  pacientes   que   aguardan   en   la
              sala para pasar a la consulta.


              A Selim  siempre   le  habían fascinado  las  salas
              de  espera y  muy especialmente     la  del  doctor
              Kharaman, porque estaba en su mismo barrio.



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