Page 207 - UNIVERSIDAD AUTONOMA DE ICA
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Docente: Nathia Erika Castro Vilcapuma


                  de una manera lasciva y retorcida que solo un ente maligno podía emanar. Padre:

                  ¿Por  qué  me  miras  así?  Fue  el  día  más  incómodo  de  mi  corta  vida,  él  sólo

                  respondió no es nada mi querida niña, solamente admiro lo linda y lo grande que

                  te estás poniendo. En aquel momento yo tenía solo 10 años y mis hermanos

                  mayores Saúl y Joshua tuvieron que dejar la casa, para irse a vivir con una tía a

                  otra ciudad ya que mis padres cada día estaban peor, mi madre había decidido

                  separarse de mi padre y emprender otra vida fuera y muy alejada de nosotros.



                                                 CAPITULO II


                                                        Tinieblas
                  A


                                hora sí - estoy completamente sola en esta casa, mi tía no quiso

                                llevarme con ella solo quiso a mis hermanos porque ellos ya estaban

                                grandes y requería ayuda para su negocio y yo solo sería un estorbo

                  para ella y su familia. ¡Qué triste me siento! Lloro desconsoladamente por los

                  rincones de la soledad y la penumbra que embarga mi alma y mi “hogar”. Ya no

                  escucho esa voz que tiempo atrás me reconfortaba y me hacía sentir mejor…

                  ¡Alue! escucho gritar mi nombre ¿Dónde estás? ¿por qué no me abres la puerta

                  de tu cuarto? Estoy temblando, muero de miedo es como si supiera que algo malo

                  me pasaría; si padre en estos momentos abriré la puerta, mi corazón dio un salto

                  tan fuerte que casi sentí que salía de mi pecho. Era él que me miraba tan horrible

                  veo sus ojos son tan negros y llenos de maldad, se me acerca con violencia y me

                  coge de mis bracitos, luego me jala muy fuerte de mis cabellos y me tumba sobre

                  la cama… ¡no por favor papá, no lo hagas! Soy yo- Alue no me lastimes no escucho

                  respuesta alguna, solo siento su fétido aliento a alcohol que mancha y lacera mi

                  inocencia de niña.







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