Page 210 - UNIVERSIDAD AUTONOMA DE ICA
P. 210

Docente: Nathia Erika Castro Vilcapuma




                                                 CAPITULO III


                                                Un rayito de esperanza


                  A               l día siguiente estaba tan emocionada como nunca pensé estarlo,




                                  me bañé, peiné y busqué la mejor ropa que tenía todo, esto para

                                  esperar ahí en el umbral de mi puerta a aquella anciana que me

                  trajo un rayito de luz a mi existir; me senté a esperarla y horas más tarde la vi

                  asomarse con su rostro que transmitía paz y bondad.

                         Aquella  dulce  anciana  se  ganó  mi  confianza  y  poco  a  poco  empecé  a

                  soltarle los monstruos que me consumían por dentro, ella no podía creer por todo

                  lo feo que me tocó vivir siendo tan chica. Me dijo: Mi pequeña todo esto acabara

                  muy pronto no habrá más sombras oscuras que lastimen tu ser, eres una bella

                  princesita de Dios que no merece sufrir todo esto. Yo solo podía sentir como esa

                  carga tan grande que cargaba al sentirme culpable, no digna de comprensión se

                  iba, al poder contar con alguien real que me ofrecía su ayuda desinteresada.

                         Fue una de esas oscuras noches que mi padre vino a casa a cometer su

                  delito pecaminoso conmigo más está sería la última vez que osaría transgredir mi

                  cuerpecito, ya que “mamita dolores” así la llamaba yo a aquella viejecita que con

                  su sabiduría y afecto se ganó mi herido y lastimado corazón, ella había dado aviso

                  a la policía y hecho de conocimiento el abuso sexual al cual era sometida desde

                  hace un año.

                         Al no tener ya a nadie quien se hiciera cargo de mí “mamita Dolores” me

                  llevó a vivir con ella, fue el día más grandioso de todos al despertar y ver frente a
                  mí ese ser tan bueno y bendecido que me cambió la vida, empecé a reír y a soñar


                  nuevamente y lo mejor de todo era que volvería al colegio eso me traía ansiedad
                  y alegría a la vez, porque no sabía cómo me sentiría luego de mucho tiempo de


                  no socializar con otros niños. A la vez llevaba muchas terapias psicológicas que
                                                          177
   205   206   207   208   209   210   211   212   213   214   215