Page 213 - UNIVERSIDAD AUTONOMA DE ICA
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Docente: Nathia Erika Castro Vilcapuma








                                                 CAPITULO V


                                                   Amor equivocado

                  ¿A                  caso había otra manera de seguir existiendo?





                                      Para  mí  no  la  había  era  mi  destino  que  yo  misma  lo  había

                                      trazado: un destino lúgubre y sin visos de mejoría.

                         En  una  de  mis  andanzas  nocturnas  conocí  a  Carlos  un  hombre  mucho

                  mayor que yo, él tenía 35años mientras yo apenas había cumplido la mayoría de
                  edad, fue creo la primera vez que me sentí tan atraída hacia un hombre y no


                  sentía esas ganas de destruirlo ni verlo como cualquier cosa, no sé bien como
                  describir aquel sentimiento, hasta me da miedo y un sinfín de emociones que


                  nunca pensé experimentar; me había hecho el juramento de nunca sentir nada
                  por el sexo opuesto, ¡por obvias razones! Sin embargo, esto me superaba y Carlos

                  parecía ser diferente y a pesar de saber de mis debilidades (vicios) a él no parecía

                  importarle, siempre estaba ahí diciéndome que podría contar con su total apoyo

                  para lo que yo quisiera, en parte la incredulidad me invadía ¿podría ser cierto que

                  un hombre como él, se sienta atraído por mí? Pues era muy atractivo, varonil

                  vestía  siempre  muy  bien  y  olía  súper  rico.  Me  fue  conquistando  con  su

                  caballerosidad  y  su  lenguaje  tan  bien  hablado,  empecé  de  nuevo  a  poner  mi

                  corazón en manos de aquel hombre que se ofreció a cambiarme la vida.

                         Me alquiló un pequeño departamento donde aprendí a lidiar y tratar de

                  calmar mis temores y a querer como nunca lo imaginé yo era correspondida por

                  él y eso me daba más fuerzas para alejarme cada vez más del alcohol y las drogas.

                  Carlos tenía solvencia económica me comentó que tenía unos negocios que le

                  generaban buenos ingresos, por ende, el dinero no era un problema para él, ni


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