Page 209 - UNIVERSIDAD AUTONOMA DE ICA
P. 209
Docente: Nathia Erika Castro Vilcapuma
volver, quiero quedarme por siempre aquí… Mas tuve que volver porque mi
tiempo de soñar había terminado.
Esta escena se repetía cada vez más seguido. Y yo me encontraba más
alejada de esta realidad, envuelta en mil y una pesadillas viendo monstruos que
me atormentaban cada noche y no sabía cómo defenderme de ellos, cuándo el
amanecer asomaba por mi ventana deseaba tanto con todas las fuerzas de mi
alma y corazón que mi padre no regresara jamás, que los monstruos que me
perseguían cuando intentaba dormir se lo llevasen para siempre porque sentía
que ya no lo quería, solo sentía rechazo y un profundo dolor que calaban hasta
mis huesos.
Parecía que estaba destinada y resignada a tener esa vida tan gris y
solitaria Una tarde me encontraba ensimismada dentro de mí, sentada en la
puerta de mi casa con la mirada perdida y con aspecto desmejorado y
descuidado. ¡Hey niña! Si tú… te hablo a ti, era una anciana que transitaba frente
a mí, levanté la mirada y atiné a agachar nuevamente la cara sin responder el
llamado de aquella viejecita, siento sus pasos que se acercan hacia donde estoy…
Dime pequeña ¿te encuentras bien? Te estoy observando hace mucho rato y veo
que te mantienes en el mismo lugar inmóvil ¿tus padres están contigo? ¿necesitas
ayuda? Dentro de mí sentí algo que me impulso a llorar y decirle que me
encontraba muy sola, con hambre y que mis padres no estaban ahí conmigo,
aquella extraña mujer se me acercó y me acarició lentamente yo me sobrepuse y
me aferré a ella sin conocerla sentía su abrazo tan cálido y no me causaba dolor
si no me reconfortaba y pareciera ser el abrazo de un ángel. Me dijo: tranquila
preciosa no te preocupes de nada, si tú quieres puedo venir cada día a verte yo
no tengo a nadie también, me hará muy feliz poder hacerte compañía y
conocernos mejor, pero por ahora te compraré algo para que comas ¿te parece
bien? Sí esbocé una tímida sonrisa, muy bien espera solo un momento y te lo
traeré y así fue cumplió su palabra me trajo algo delicioso para saciar el hambre
que tenía.
176