Page 6 - REVISTA EL MANUEL ARÉVALO CÁCERES (1)
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¿Estamos preparados para afrontar un sismo en el Perú?
Juan Atoche y German Gallardo, ingenieros de la Universidad de Piura, explican la
situación sísmica del país y todo lo que hace falta para que los peruanos puedan hacer
frente a un terremoto de gran magnitud.
Según el Instituto Geofísico del Perú, a nivel mundial, Perú es uno de los países con
mayor potencial sísmico debido a que forma parte del denominado Cinturón de Fuego
del Pacífico, región donde la Tierra libera más del 85% de la energía acumulada en su
interior debido a los procesos de convección del manto.
En ese sentido, la actividad sísmica en torno de la placa del Pacífico se debe a los diversos
procesos de convergencia de placas con velocidades de hasta 8 cm/año. En el borde
occidental de América del Sur, las placas de Nazca y Sudamericana son las que convergen
y desarrollan el proceso de subducción mediante el cual la placa oceánica de Nazca se
introduce por debajo de la continental o sudamericana. Este proceso es el causante de
la geodinámica activa del país y; por lo tanto, de una importante actividad sísmica,
volcánica y efectos asociados.
Ante esta situación, ¿el país cuenta con la infraestructura adecuada para resistir un
desastre sísmico de gran magnitud? Para el profesor de la Universidad de Piura y
especialista en Ingeniería Geotécnica, Germán Gallardo, a nivel país, el Perú no está
preparado para afrontar un terremoto de alta intensidad pues hay una economía
informal que desemboca en muchas construcciones informales; es decir, personas que,
por ahorrar costos, construyen sus viviendas sin tener diseños geotécnicos, estructurales
y arquitectónicos, hechos por profesionales.
Es cierto que en Lima y en algunos distritos de nuestro país, las estructuras están
correctamente diseñadas; pero es una minoría. “Hace falta mayor control por parte de
las autoridades municipales y también mayor intervención de los colegios profesionales
para que revaloren el rol decisivo de ingenieros civiles” .
Por otro lado, el magíster Juan Carlos Atoche, profesor de la Facultad de Ingeniería de la
UDEP, refiere que, aunque se ha avanzado mucho en la gestión del riesgo sísmico, aún
no se puede decir que el país es resiliente. “Sectores esenciales como el de Salud y
Educación han diseñado estrategias para reducir la vulnerabilidad de sus edificaciones y
asegurar la continuidad de sus servicios; sin embargo, la implementación de dichas
estrategias avanza a paso lento o no cuenta con el apoyo político necesario para
priorizarlas como parte de una visión a largo plazo” .
De darse un terremoto de alta intensidad, todavía hay miles de edificios educativos y de
salud que quedarían inoperativos o que colapsarían matando a sus ocupantes.

