Page 120 - El toque de Midas
P. 120
consigues contadores y abogados sagaces, estarás formando relaciones muy sólidas. Ellos también
pueden presentarte otras personas de alto nivel.
Sin embargo, si son profesionistas incompetentes, de los cuales hay muchos, entonces tú y tu
negocio sufrirán. Así que tómate el tiempo necesario y sé muy selectivo al elegir a estos asesores.
Consejo #2: Comienza a pedir el dinero antes de necesitarlo
Lo único que debes decir es: “Voy a comenzar un nuevo negocio en unos cuantos meses”. Descríbelo
brevemente y da las razones que te emocionan al respecto. Es un discurso que puede durar menos de
un minuto. Te repito que, si sigues hablando, puedes perder el trato. Después de un minuto haz
preguntas como “¿Están interesados?”, o, “¿Les gustaría saber más?” Si la respuesta es afirmativa,
entonces, continúa: “¿Les puedo llamar por teléfono cuando estemos listos para hablar con los
posibles inversionistas?”
Si vuelven a estar de acuerdo, anota sus nombres y cumple tu promesa de llamarlos. En algún
tiempo, no al día siguiente.
Recuerda la regla: “Es más sencillo pedir dinero cuando no lo necesitas”. Esto se debe a que,
cuando la necesidad es imperiosa, la solicitud suena desesperada, y eso nunca es agradable. No
cuentes tus tribulaciones a los inversionistas en potencia. Evita la exageración y las promesas de una
retribución excesiva. Es más probable que le crean a una persona con actitud conservadora y
cautelosa, que a otra alterada y arrogante. Así que, comienza pronto, practica, no hagas promesas de
más, y obedece estas reglas siempre que trates de captar capital.
A qué le temen los inversionistas
Mucha gente sueña con renunciar a su empleo y comenzar su propio negocio, pero le da miedo
fracasar. Claro, es una preocupación legítima.
Sin embargo, convertirse en empresario no implica mayor problema. Casi cualquier persona
puede hacerlo. Por ejemplo, si un jovencito, o jovencita poda el césped de su vecino por diez
dólares, ya se convirtió en empresario.
Lo que determina que se convierta en gran empresario es qué hará con ese dinero.
Muchos sólo meten los diez dólares a su bolsillo. Lo hacen millones de pequeños empresarios
en todo el mundo, pero al hacerlo, se unen a la economía informal que no lleva registros ni paga
impuestos.
La mayoría de los inversionistas profesionales temen a esta tendencia. Saben que casi todos los
empresarios se quedan con el dinero y prefieren usarlo en sus gastos personales en lugar de
reinvertirlo en el negocio para recuperar el dinero del inversionista. Para colmo, guardarte el dinero
es un delito y a los inversionistas no les gusta involucrarse en algo así.
El mundo está repleto de empresarios del cuadrante A que evaden impuestos y son delincuentes;
es decir, miembros de la economía informal. A la mayoría se le encuentra en los mercados de pulgas,
ventas de garaje y mercados de granjeros. También lo son las trabajadoras domésticas, los
muchachitos que te limpian el parabrisas cuando el semáforo está en rojo, los meseros y el barman
que no declaran sus propinas, y miles de millones de otras personas que hacen lo que sea para ganar
un dólar. Tan sólo en Estados Unidos, se estima el valor de la economía informal entre 1.5 a 2
billones de dólares, y sigue en aumento. Pero como no hay registros, es difícil medirla.
Si tú perteneces al tipo de economía que no registra nada ni declara impuestos, más te vale