Page 115 - El toque de Midas
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diferentes a las de la gente ordinaria.
Aquí tienes la primera lección para reunir dinero. La llamaremos “Captación de recursos, clase
1”. Antes que nada, piensa que hay mucha gente que tiene buenas ideas, pero no puede reunir los
recursos necesarios porque tiene una visión equivocada de todo el proceso. Si tú quieres ser capaz
de hacerlo, tienes que ver la situación desde la perspectiva de un inversionista profesional del
cuadrante I. A los inversionistas profesionales tu producto no les importa en realidad, a pesar de que,
claro, los productos son importantes. Lo primero que el inversionista quiere saber, antes que nada, es
quién eres, cuál es tu experiencia, quiénes conforman tu equipo y quién más te respalda. Los
inversionistas quieren saber quiénes son tus socios, tu junta directiva, tu banquero y tus otros
inversionistas. Un profesional siempre quiere enterarse de todo lo anterior porque sabe bien que un
negocio se sustenta en la gente.
Como la mayoría de las personas no tiene experiencia, y los empresarios profesionales no
piensan invertir en gente así o en sus negocios, quienes desean iniciar un proyecto se ven obligados a
conseguir dinero entre amigos y familiares. En ese caso, los que invierten lo hacen confiando más en
la amistad y el amor, que en las capacidades del emprendedor. Ése es el punto en donde la situación
se torna riesgosa. Termina siendo una paradoja porque tú tienes deseos de probar que eres un
empresario muy sagaz, pero, al mismo tiempo, debes convencer a la gente de que lo eres, antes de
adquirir el negocio que te otorgará esa sagacidad. Por todo lo anterior, el siguiente tipo de persona
es muy importante.
El trabajo con socios
Algunos empresarios trabajan de manera independiente, pero otros tienen socios. Los socios son
relevantes porque una sola persona no tiene todas las respuestas o habilidades requeridas para
operar en todos los niveles del Triángulo D-I. Un socio puede incrementar tus oportunidades de
sobrevivir los primeros cinco años, periodo en que la mayoría de los negocios fracasa.
En las mejores sociedades cada persona aporta sus talentos, habilidades y experiencias a la
compañía. Por ejemplo, es común ver a un socio extrovertido y a otro más avezado en lo que se
refiere a operaciones del negocio. En otras sociedades puedes encontrar un socio con visión global,
y otro especializado en los detalles. Creo que ya me entiendes. Una sociedad de negocios es como un
matrimonio y, si eliges la pareja correcta, puede convertirse en el paraíso. Claro, si te equivocas,
podrías terminar viviendo un infierno.
Las mejores sociedades constan de tres elementos humanos:
1. El soñador
Esta persona tiene la visión agradable, la noción perfecta de un futuro inmaculado.
2. El hombre (o mujer) de negocios
Es quien dirige el negocio. Se asegura de que todas las piezas del rompecabezas encajen y el
engranaje esté bien aceitado y corra a tiempo.
3. El hijo de mala madre (o SOB, por sus siglas en inglés)
Esta persona es un perro guardián. Son quienes no confían en nadie ni caen en trampas con
facilidad. Si el negocio requiere morder a alguien, siempre se recurre al hijo de mala madre