Page 135 - El toque de Midas
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Lo anterior lo he visto suceder muchas veces. Los abogados tal vez piensan que los documentos
legales son más importantes que el cliente, o tal vez el departamento de recursos humanos
contrata gente que, aunque tiene buenos antecedentes, no encaja con la mística del negocio.
Quizá el departamento de contabilidad, en un afán por hacer bien las cosas, no modifica sus
sistemas para seguir el paso a la velocidad con que se realizan las transacciones.
Cuando las estrategias se desmoronan, resolver la situación puede exigir demasiado tiempo y
dinero, además de que ocasionará perder de vista la táctica central. Las ventas se caen, los
gastos suben y las ganancias sufren. La lección es que ninguno de los elementos integrales del
negocio del Triángulo D-I es más importante que los otros.
Esto me lleva a la segunda lección que aprendí en la escuela militarizada.
Lección #2: La labor del líder es unir y darle enfoque a todo el Triángulo D-I
Casi todos estamos familiarizados con la frase: “Divide y vencerás.” Nuestro sistema educativo
tradicional se basa en esta noción. Desde el momento en que un niño comienza a ir a la escuela,
el sistema educativo separa a los estudiantes en inteligentes, promedio y lo que en la actualidad
se denomina de bajo desempeño (aunque, cuando yo estuve en la escuela nos llamaban
estúpidos). Con esa noción de dividir y conquistar se entrena a los niños para una vida en los
cuadrantes E y A.
En dichos cuadrantes la vida consiste en competir por un empleo, ascensos en la compañía o
aumentos de sueldo. Este programa, que consiste en dividir y vencer es la razón por la que
muchos E y A tienen problemas para pasar a los cuadrantes D e I, donde la capacidad de unir a
una organización resulta fundamental.
En cambio, desde el momento en que entran a la escuela militarizada, a los estudiantes se les
enseña la importancia de la misión, las aptitudes necesarias para trabajar en equipo, y los