Page 132 - El toque de Midas
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Triángulo D-I.
De hecho, si alguna vez quieres entender el poder del Triángulo D-I, sólo ve al McDonald’s
más cercano y siéntate ahí una hora. Imagina los millones de empleados que se requieren para
que el Triángulo funcione: entregarle a los clientes lo que quieren, mantener felices a los niños y
a los padres tranquilos, todo en menos de cinco minutos y en todo el mundo. Es algo que una
persona del cuadrante A no puede hacer sola, porque para eso se requieren millones de
empleados.
Personalmente, lo veo como una maravilla. En el momento en que ordenas tus alimentos, entran
en acción los bollos que provienen de campos de trigo y panaderías de todo el mundo.
Toneladas de papas se cortan y preparan para ser fritas. La carne se corta, se muele, se
convierte en pasta y se deja lista para cuando tú la quieras. La Coca está disponible con su
burbujeante y dulce sabor. McDonald’s es un excelente ejemplo de un eficiente negocio global
del cuadrante D, que conoce muy bien a sus clientes. Ese pequeño detalle es lo más grande de
esta empresa: sabe lo que sus clientes quieren.
Donald entiende muy bien a qué me refiero con todos estos ejemplos porque él se ha mantenido
fiel al detalle que se convierte en un gran elemento de cada negocio. Cada vez que una persona
se queda en un hotel Trump, que compra una de sus propiedades o juega 18 hoyos en uno de sus
campos de golf, adquiere el dinero, la sensualidad, la fama y el poder de su corporación. Así es
la marca de Donald, es su promesa. Es ese detalle que hace la diferencia. Donald convierte los
detalles en algo mayor, mucho mayor. Todo es importante para sus clientes y, en conjunto,
brinda una gran experiencia.
Detalle #5: Sencilla y divertida
En el caso de la Compañía Padre Rico, el pequeño detalle es hacer que la educación financiera
sea sencilla y divertida. Mucha gente se queda paralizada cuando se habla de dinero, finanzas e
incluso números. Te puedo decir que la mayoría de los competidores de Padre Rico son
demasiado solemnes y aburridos. Son como dictadores que te señalan con el dedo mientras te
ordenan: “Corta tus tarjetas de crédito, ahorra dinero y vive debajo de tus posibilidades”.
Tratan a los adultos como niños y les dicen qué hacer en lugar de educarlos.
Te dicen que debes vivir debajo de tus posibilidades porque es muy sencillo sugerirlo pero,
¿quién querría hacer algo así? Yo no. En mi opinión, vivir por debajo de tus posibilidades
equivale a matar tu espíritu, y creo que la mayoría de la gente es como yo: preferirían expandir
sus medios antes que vivir por debajo de ellos.
Después de la crisis financiera mucha gente se enteró de que los consejos que ofrece mi
competencia son bastante malos. Y, de hecho, quienes los siguieron, en lugar de volverse ricos,
terminaron perdiendo todo su dinero. Ahora, esos mismos competidores ofrecen asesoría acerca
de cómo recuperarse y actuar después del descalabro. Francamente no creo que tengan algún
detalle que los haga grandes. Lo que sé es que el pequeño detalle de la Compañía Padre Rico,
es convertir la educación financiera en algo sencillo y divertido.