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624 PARTE II, SECCIÓN 9 OBSTETRICIA/GINECOLOGÍA
ESTRATEGIAS PREVENTIVAS
■ Alimentación baja en grasas saturadas,
de estilo vegetariano y que equilibra las
hormonas.
■ Programa de ejercicio moderado
(4-5 h/semana).
REVISIÓN TERAPÉUTICA
Este abordaje holístico integral de los miomas
uterinos ayuda a evitar algunos de los
tratamientos más invasivos ofrecidos. Resulta
muy eficaz para reducir los síntomas que
acompañan a estos tumores benignos.
Inicialmente, pedimos a las pacientes que se
comprometan a realizar un período de
prueba de 3 meses, durante el cual efectuarán
la mayor parte posible del programa.
Al final de estos 3 primeros meses, evaluamos
los síntomas, tales como menorragia y
dismenorrea, así como el crecimiento o
reducción de volumen de los miomas. El
programa se considera satisfactorio cuando la
paciente percibe una disminución de los
síntomas y no existe crecimiento adicional
del mioma. A continuación, mantenemos el
programa durante períodos de 3 meses, de
modo que seguimos vigilando los síntomas y
el tamaño uterino. Si, en cualquier momento,
reaparecen o empeoran los síntomas o los
miomas comienzan a crecer, han de
contemplarse otras medidas más intensivas,
incluida la cirugía.
■ Estilo de vida
• Mantener un peso adecuado.
• Evitar los xenoestrógenos (dioxinas, PCB)
mediante la ingestión de alimentos
orgánicos.
• Ejercicio aeróbico regular.
■ Nutrición
• Alimentación que equilibra las hormonas:
la paciente debe consumir una C 1
alimentación que reduzca la inflamación,
la acidez y los residuos de hormonas,
pesticidas y antibióticos; es posible que
estos alimentos favorezcan el crecimiento
■ Técnicas de modificación del estrés.
■ Suplemento polivitamínico y polimineral de
alta potencia.
■ Fomento de una digestión y eliminación
sanas.
■ Mantenimiento de unas relaciones
saludables y fijación de metas en la vida.
de los miomas. De manera análoga, deben
evitarse los alimentos con un índice
glucémico alto debido a sus efectos sobre
la insulina y las hormonas sexuales. Los
cereales con gluten también aumentan los
estrógenos y deben limitarse. La paciente
debe añadir alimentos que equilibren las
hormonas, como soja y linaza. Debe
aproximarse a la alimentación asiática,
con 30-70 mg/día de isoflavonas y
2 cucharadas diarias de linaza molida. Han
de consumirse unos 2-4 g/día de ácidos
grasos omega-3, presentes en alimentos
como el salmón salvaje, que también son
antiinflamatorios.
• Reducir el aporte de grasas saturadas y
ácidos grasos trans (carne roja, productos
lácteos, alimentos fritos).
• Aumentar el aporte de ácidos grasos
omega-3 (verduras, frutos secos, linaza,
pescado azul).
• Llevar una alimentación baja en glucosa
y con un índice glucémico bajo.
• Evitar el gluten en caso de intolerancia.
• Ingerir verduras crucíferas (brócoli,
repollo, coliflor, coles de Bruselas).
• Beber 3 tazas diarias de té verde.
■ Intestino y restauración
de la detoxificación
El clínico debe restaurar el equilibrio
hormonal y eliminar las fuentes de B B 1
inflamación buscando y corrigiendo
la disbiosis intestinal y favoreciendo la
detoxificación hepática. Han de buscarse
y tratar las fuentes ocultas de disbiosis
intestinal, como la sobrecarga de
metales pesados, parásitos y la
sensibilidad a alimentos con
inmunoglobulina G4.